La aprobación de una moción en el Ayuntamiento de la capital leonesa reivindicando la autonomía para el viejo Reino de León ha tenido una inesperada repercusión mediática y consecuencia de ello más trascendencia de la que jamás hubieran pensado sus impulsores. La situación en Cataluña y el momento de las negociaciones del PSOE con los independentistas catalanes para la formación de Gobierno, ha sido el hilo que ha llevado el asunto a ser noticia de telediario, y a partir de salir en los informativos de las televisiones nacionales, ya viene de corrido todo el revuelo posterior. Por lo demás, no hay nada nuevo, nada que añadir a lo que ya se debatía hace un cuarto de siglo, y no creo que el sentimiento leonesista, por lo general, vaya mucho más allá de esa creencia de que Valladolid nos roba, que no deja de ser lo que dicen los catalanes respecto a Madrid. A diferencia de hace veinticinco años, ahora el leonesismo no tiene un líder carismático como fue Juan Morano, algo imprescindible para que estas aventuras tengan un mínimo de recorrido. El carisma no lo da el dinero, ni tan siquiera las urnas, es algo que se tiene o no se tiene, y el actual alcalde de León, José Antonio Díez, no es persona con capacidad para arrastrar masas tras de sí. Además de personas con carisma al frente, para que estas propuestas no languidezcan pasados unos días, se necesita que estén respaldadas por una formación política con posibilidades reales de gobernar, y en esta aventura no están ni van a estar el PSOE y el PP. Así las cosas, el leonesismo se queda con el apoyo del Ayuntamiento de la capital debido a un alcalde díscolo en su partido, y con el apoyo de un puñado de ayuntamientos en los que la UPL puede juntar mayoría para esto o para declarar la república. Y si mientras duran estos largos debates se siguen produciendo desigualdades territoriales, que yo creo que sí que existen, no se debe a que los vallisoletanos nos roben, se debe a que entre todos elegimos a unos políticos que no nos merecemos. Lo mismo que seguramente ocurriría si eligiésemos al Consejo del Reino de León.
* Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 3 de enero de 2020.