Siempre que se produce un acto de protesta, la autoridad gubernamental trata de deslegitimar a los convocantes, y así lo hizo de nuevo el ministro de Agricultura, Luis Planas, con motivo de la concentración de agricultores, en Córdoba, coincidiendo con una reunión informal de ministros del ramo de la Unión Europea. Han venido a decir algo así como que somos un tanto desagradecidos, los agricultores, por cuestionar las estructuras políticas de la Unión Europea cuando tanto ha recibido el sector de dichas instituciones desde nuestro ingreso allá por 1986. Los funcionarios del ministerio, y por supuesto los altos cargos, saben sobradamente que los agricultores y ganaderos somos europeístas convencidos, tanto que, con carácter general, confiamos más en los gobernantes europeos que en los de nuestro propio país. Pero ser europeístas no significa que tengamos que dar los parabienes a todas las decisiones que toma la Unión, y menos a las que está tomando con motivo de la deriva que se viene sucediendo, reforma tras reforma, en la política agraria. No admitimos lecciones de europeísmo, y menos de burócratas, como lo ha sido Luis Planas, más pendientes de sus privilegios, que de sus obligaciones con la sociedad a la que representan. Por eso, cuando las cosas no nos gustan, con toda legitimidad lo decimos, con toda legitimidad nos manifestamos, y con toda legitimidad pedimos cambios para que se respeten nuestros intereses, para que se respete el sector agrario al que representamos, para que se respete el papel de quién tiene el reto de producir alimentos sanos y al alcance de todos los bolsillos. Es legítimo que el campo le recordara a Europa que España padece una sequía casi endémica, que le recordara que no podemos ser receptores de alimentos que se producen en otras partes del mundo con menores exigencias sanitarias y medioambientales, que recordara nuestra dependencia de terceros países respecto a los insumos, o que le recordara la indefensión a la hora de poner precio a lo que vende. Luis Planas, como buen burócrata, quizás no lo entienda.

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 8 de septiembre de 2023