En un periódico local se publicaba estos días una imagen de una tienda en la que se apilaban las bandejas de planta hortícola, y lo titulaban “mercado de plantar”. Nunca mejor dicho, porque de eso se trata, de vender y comprar plantas que terminan en el huerto de cualquiera de nuestros jubilados, o no tan jubilados, para hacer acopio para el autoconsumo y, según la generosidad, regalar a los amigos. El pasado fin de semana y este próximo debe de ser el fuerte de quienes se dedican a este negocio, y no hay más que verlo en los mercadillos de Astorga, Carrizo, Mansilla, Valencia, La Bañeza, Santa María del Páramo y otras muchas cabeceras de comarca de donde sale gente cargada de bolsas con el acopio. Digo bolsas porque el que compra no lo hace solo de un producto, lleva varios, y dentro de cada producto de la huerta, si te descuidas compra distintas variedades. El pasado domingo, que me fui yo a mí pueblo cargado de bosas con “cosas de plantar”, me ofrecieron cebollas de cinco o seis variedades, de tomates ni te cuento, y cuando llegué a las lechugas, ya estaba dispuesto a arramplar con la que me vendieran sin más explicaciones. Espero que dure mucho la costumbre de plantar el huerto de casa y no termine pasando como con las matanzas de cerdos caseros que ya casi nadie las hace. Para muchos leoneses de pueblo, o de ciudad que van al pueblo en estos meses, el huerto es una satisfacción al trabajarlo y al consumir lo que produce, y debemos de fomentar que lo hagan y que sea muchos años. Otros entretenimientos que fomentan las administraciones públicas son más caros y dudo yo que sean igual de eficaces, así que no estaría mal que los políticos, ahora en campaña, prometieran medidas para facilitar cultivar los huertos familiares. Porque, en muchos sitios, la Confederación Hidrográfica pone todas las pegas para regar, y por supuesto todos los impedimentos si solicitas hacer un pequeño pozo para sacar agua para los cultivos de primor. Los huertos son hoy los mejores embajadores de nuestros pueblos, pero que sepan que las hortalizas no se crían solas, necesitan buena mano.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 17 de mayo de 2019.