Anda el Ayuntamiento de León viendo como espanta las palomas que anidan en la estructura de la techumbre del flamante Palacio de Congresos y Exposiciones, y le digo yo que el problema tiene muy mala solución. La solución a ese y a otros problemas se la tiene que encontrar el arquitecto desde el mismo momento de diseñar el proyecto, cosa que no hizo, como tampoco lo hicieron los técnicos y políticos que lo valoraron antes de adjudicar la obra. Un edificio de estas características tiene que ser funcional, vanguardista, singular, multiusos, pero también tiene que ser práctico, a ser posible no muy costoso, y sobre todo que tenga un fácil y económico mantenimiento. Es evidente que alguna de estas características no las reúne, y sin embargo nadie le dio importancia para corregirlo cuando se estaba a tiempo. La estructura del techo del edificio parece a simple vista muy cara a los ojos de cualquier profano, lo de bonita no deja de ser algo subjetivo, y ahora a lo que se ve es lugar elegido para que las plagas de pájaros aniden, duerman y defequen en sus recovecos. Es verdad que el campo es muy grande y parece mentira que las palomas y otras aves tengan predilección por las áreas urbanas para vivir, pero en este sentido no son muy diferentes a como somos los humanos. Cierto que podrían preferir la tranquilidad de un caserón abandonado en Trobajo del Camino, pero mira por donde se empeñan en hacer vida en el edificio más nuevo y moderno de la ciudad, y con sus hábitos ensuciarlo hasta la profanación. No le servirá de nada al señor Alcalde poner un bando municipal prohibiendo el uso de ese espacio público por parte de las aves, como no le servirá de nada perseguirlas con depredadores naturales, ni pegar tiros disuasorios, ni mandar a los bomberos municipales a derribar sus nidos. Y si la municipalidad se pone muy hostil con las bandadas de pájaros que viven de ocupas en el Palacio de Congresos, no faltará una asociación animalista que denuncie por maltrato animal, ni un juez que haga que haya caso y se cargue la carrera del concejal.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 15 de marzo de 2019.