El discurso de investidura en las Cortes de Castilla y León dio especial protagonismo a la sanidad pública, y con razón, y para sorpresa dedicó una referencia a la sanidad animal. Bien está que el flamante Presidente de la Junta de Castilla y León se preocupe de la salud de nuestras vacas, lo que ya no está tan bien es que lo haga influido por algún grupo de presión que representa a una minoría de los ganaderos de esta comunidad autónoma. Porque, puesto de manifiesto en el discurso de investidura que en Castilla y León hay un problema con la sanidad animal, faltó a la verdad y ninguneó a los funcionarios responsables en la materia, al no afirmar, en un punto y seguido, que esta comunidad autónoma tiene los estándares más altos en los buenos resultados de los programas oficiales de saneamiento ganadero, envidia de otros territorios, y carta de presentación para que nuestra cabaña ganadera sea apreciada en los mercados más exigentes. Veremos en qué acaba esa comisión de estudio sobre la sanidad animal que ha prometido el nuevo Presidente y a la que le ha puesto casi fecha de reunión, pero no puede ser un revisionismo de los procedimientos técnicos y de las normas legales, entre otras razones porque nada hace pensar que los que reúna el señor Mañueco para tratar sobre el tema, sepan más que los que se han ocupado de esto desde hace décadas. No sé si con los métodos actuales estamos al principio del fin en el proceso de erradicación de la brucelosis y la tuberculosis bovinas, pero lo que sí sé es que si a estas alturas del partido cambiamos las normas, será como empezar de cero y esperar quizás otras dos décadas para ver unos resultados inciertos. Y por ir dando alguna opinión para esos expertos que se van a reunir, creo que el fallo en las campañas de saneamiento está en la falta de imparcialidad de las empresas contratadas por la administración para los actos clínicos, que necesitan “engordar la burra” para que siga habiendo carga de trabajo y con ello beneficios y empleo. La solución: hacerlo con funcionarios, algo que Mañueco no va a ofrecer.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 13 de julio de 2019