El lunes 9 de junio se firmó por parte de los sindicatos de clase Comisiones Obreras y UGT, y de las organizaciones agrarias Ugal-Upa, Ucale y ASAJA, el primer convenio colectivo del campo de la provincia de León, el cual marcará, con carácter retroactivo desde el 1 de enero, las relaciones laborales entre los autónomos empleadores y los asalariados del campo.


PRIMER CONVENIO COLECTIVO DEL CAMPO


El lunes 9 de junio se firmó por parte de los sindicatos de clase Comisiones Obreras y UGT, y de las organizaciones agrarias Ugal-Upa, Ucale y ASAJA, el primer convenio colectivo del campo de la provincia de León, el cual marcará, con carácter retroactivo desde el 1 de enero, las relaciones laborales entre los autónomos empleadores y los asalariados del campo. Todo ello complementando la legislación vigente, y en concreto el Estatuto de los Trabajadores y el Laudo Arbitral que sustituye a la antigua ordenanza laboral.

ASAJA considera que este convenio servirá para que todos los trabajadores del campo de la provincia tengan una norma común, lo que sin duda también es positivo para los empleadores y quizás lo más importante sea que contribuye a dignificar los trabajos agrícolas, unos trabajos de los que incomprensiblemente todo el mundo huye, con lo que el mayor problema en el campo para quienes necesitan mano de obra no es el asumir el coste, sino el encontrar gente que sepa y esté dispuesta a trabajar en esta profesión.

En la provincia de León existen unos 800 trabajadores dados de alta en la Seguridad Social como asalariados del campo, y la mayor demanda de mano de obra se centra en los sectores de la ganadería, especialmente el ovino y el vacuno lechero. También se necesita mano de obra de temporada en sectores el viñedo, el lúpulo, la horticultura, la fruticultura, y las campañas de riego. El sector agropecuario estaría en condiciones de generar no menos de 500 puestos de trabajo, pero para ello se necesitaría poder contratar inmigrantes con documentación en regla, a los cuales habría a su vez que formar en las tareas específicas que hubiera que encomendarles.


Si bien la agricultura está continuamente prescindiendo de una mano de obra que desplaza la mecanización y las nuevas tecnologías, no es menos cierto que el necesario incremento del tamaño de las explotaciones y la reducción de mano de obra familiar, están conllevando a una necesidad de mano de obra asalariada para complementar el trabajo que desarrolla el agricultor titular de la explotación. Para muchas explotaciones hoy la falta de mano de obra, y en concreto mano de obra estable, es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan.

El llegar a acuerdos razonables con las centrales sindicales en materia de relaciones laborales es también una obligación y responsabilidad de organizaciones como ASAJA que representan al agricultor autónomo, y por tanto empresario, que en ocasiones contrata mano de obra.