Los enunciados más repetidos en el índice del Boletín Oficial de la Provincia, durante las últimas semanas, son lo que tienen que ver con el régimen de dedicaciones acordadas por los plenos municipales. Constituidas las nuevas corporaciones, uno de los primeros acuerdos que se adoptan es el del reparto de competencias y asignaciones económicas al alcalde y al resto de concejales, y eso es lo que, para general conocimiento y para que surta efecto, se ha publicado en el BOP. Salvo algún rezagado a la hora de convocar y llevar estos asuntos al pleno, es de suponer que en la mayoría de los municipios ya se conocen las competencias del equipo de gobierno y la remuneración para compensar su tiempo y sus desvelos. Una remuneración siempre criticable por la mayoría de la ciudadanía, sea cual sea, que habría que valorar en función de los servicios que el cargo electo presta a sus vecinos, en función de su disponibilidad en el ejercicio del cargo, y en función de los resultados a la hora de mejorar la vida de los ciudadanos sin poner por ello en riesgo la viabilidad económica de la institución. Por lo general, los alcaldes rurales, y ya no digo los concejales, tienen compensaciones testimoniales y por lo tanto trabajan por la cara, “por amor al arte”, y cuando no, ponen dinero de su bolsillo. Ya sé que a nadie obligan a presentarse, a nadie obligan a mantenerse en el cargo, y a nadie impiden, si sus concejales se lo aprueban, ponerse una remuneración que se ajuste a la ley. Pienso que la ruina del ayuntamiento no va a llegar por los sueldos del equipo de gobierno, y pienso que a quién trabaja le hay que pagar en su justa medida, y que más vale un alcalde eficiente y cercano, cobrando, que un alcalde dejado y ausente que no percibe nada por el desempeño de unas funciones que por otra parte no ejerce. Y para entender esto, hay que partir de que en los pueblos pequeños no hay delegación en nadie, no hay delegación posible en el funcionariado, por eso, o está el alcalde en las cuestiones del día a día, o no está nadie.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 18 de agosto de 2023.