VALÍN Y SILVÁN ROZAN EL CIEN POR CIEN

Por si no nos hubiéramos dado cuenta que hemos tenido un invierno y una primavera excepcionalmente lluviosos, además con nieve en las montañas desde hace varios meses, hay dos cargos públicos que nos lo recuerdan casi a diario, y cuando no son ellos son sus gabinetes de prensa.

VALÍN Y SILVÁN ROZAN EL CIEN POR CIEN
 
Por si no nos hubiéramos dado cuenta que hemos tenido un invierno y una primavera excepcionalmente lluviosos, además con nieve en las montañas desde hace varios meses, hay dos cargos públicos que nos lo recuerdan casi a diario, y cuando no son ellos son sus gabinetes de prensa. Por si no nos lo han dicho los telediarios, por si no lo hemos oído de boca de los agricultores, por si no lo hemos sufrido al salir a la calle armados de paraguas, por si no nos dimos cuenta cuando se cancelaban procesiones en Semana Santa, el consejero de Medio Ambiente, Antonio Silván y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, José Valín, se prodigan con porcentajes consecuencia de la bondadosa climatología. Uno cocina titulares anunciando que los incendios se han reducido, en los primeros meses del año, el noventa y siete por ciento, y lo dice como que el mérito ha sido de su política y no de unas circunstancias climáticas que han hecho que no arda la hierba ni echándole latas de gasolina. El otro, el que tiene competencias en materia de agua, informa periódicamente del volumen de los embalses, que ya llegan al noventa y uno por ciento de su capacidad, una información que ya no interesa a nadie y que contrasta con el silencio y la inoperancia del organismo de cuenca en años como el anterior cuando no había agua para todos.
 
Puestos a exagerar y a sacar noticia de donde no la hay, Silván bien podía haber anunciado que este año no ha habido incendios, y Valín que hasta ahora nadie se ha muerto de sed ni se han secado los cultivos. Ambas serían verdades absolutas, verdades que están sobradas y que esconden la falta de políticas de las que demandamos los administrados. Se desconoce si Medio Ambiente tiene un plan para paliar los efectos de los catastróficos incendios del año anterior, si tiene un plan para prevenir incendios cuando vuelva un verano caluroso y un otoño seco y ventoso, y desconocemos si tiene voluntad de pagar las ayudas que debe y de aprobar nuevos proyectos en temas que son competencia de su departamento. Y se desconoce si la Confederación Hidrográfica tiene un plan para paliar la sequía cuando la haya, un plan para modernizar y adelgazar una administración obsoleta e ineficiente, y un plan para, por fin, desarrollar y modernizar los regadíos leoneses.
 
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Crónica del viernes 11 de mayo de 2013.