VOCACIONES APÍCOLAS

La apicultura es una actividad, dentro del sector agroganadero, que está destacando por el número de vocaciones que suscita entre quienes se están incorporando al campo.

VOCACIONES APÍCOLAS 

La apicultura es una actividad, dentro del sector agroganadero, que está destacando por el número de vocaciones que suscita entre quienes se están incorporando al campo. Y no me refiero a quienes montan unas colmenas como distracción o para el autoconsumo familiar, que de eso siempre ha habido, aunque ahora algo menos por las exigencias legales, sino que me refiero al oficio de apicultor como principal forma de vida y fuente de ingresos. No es un negocio de fácil manejo, pues las enfermedades que le afectan y otras de posible nueva aparición, lo convierten en no apto para quienes no tengan buenos conocimientos y no estén dispuestos a dedicarle horas de trabajo. Pero alguna característica tiene que tener si está despertando tantas vocaciones, y seguramente tampoco es porque el precio de la miel, en los últimos años, haya estado estable en unos niveles que podemos considerar razonables. Entiendo que las vocaciones que despierta entre los jóvenes se deben en gran parte a que no se necesita disponer del factor tierra de la misma manera que se necesita para cultivar o para pastorear el ganado, pues en este caso basta con una pequeña superficie para el asentamiento de las colmenas, y el derecho implícito a que los enjambres aprovechen la floración que en cada estación haya en la zona. Y además, aunque hoy no hay casi nada barato y la inversión es elevada en la compra de las colmenas, los enjambres, vehículos, cercados  y otro material auxiliar, no es menos cierto que en otros muchos subsectores agroganaderos el desembolso inicial es mucho mayor. Sea como sea, es una buena noticia que se aproveche un recurso como este que, además de ser una fuente de ingresos económicos, tienen unas indudables ventajas medioambientales de las que nos beneficiamos toda la sociedad. Es importante en una provincia como la de León, con una amplia superficie destinada a monte y matorral a la que se le debe de sacar todo el provecho posible en las pocas opciones que presenta. Y es bueno que los que lleguen lo hagan con vocación de ser profesionales, de vivir de esto, de tener más de 400 colmenas bien gestionadas. 

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en la Nueva Crónica del viernes 28 de noviembre de 2014.