El doble ataque ocurrido en Bañobarez este fin de semana –el tercero que sufre en 2015 la misma explotación- se salda con 44 animales muertos y evidencia la necesidad de proteger a los ganaderos

 

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ASAJA Salamanca pide a la Junta de Castilla y León que intensifique las acciones para acabar con los daños que el lobo está causando a numerosas explotaciones ganaderas en la zona de Arribes del Duero, donde se encuentra asentada una manada. El doble ataque que ha sufrido un ganadero de ovino en la localidad de Bañobarez, con cuantiosas pérdidas económicas tras la muerte de 44 animales y variso heridos, evidencia la necesidad urgente que existe de proteger a los ganaderos, si de verdad se quiere hacer una apuesta por al supervivencia del medio rural.

  Una de las peores experiencias que tiene un ganadero es llegar a su explotación y encontrarse varios animales muertos y otros heridos de gravedad. Esa sensación de impotencia es la que ha vivido un ganadero de Bañobarez en dos días consecutivos, pero es la que tienen otros muchos profesionales, de empresarios en el mundo rural, cada semana en Las Arribes, al comprobar que esa noche el lobo ha matado a sus corderos, ovejas, o terneros.

  A la sensación de impotencia, de desazón, se une la desesperación económica. Los numerosos daños económicos que causa el lobo son, en la mayoría de las ocasiones, asumidos por el propio ganadero, que se siente desamparado por la Junta de Castilla y León, quien ha optado por proteger al agresor, al lobo, frente al hombre, el ganadero de ovino y vacuno.

  Por ese motivo, ASAJA Salamanca pide a la Junta de Castilla y León que tome medidas de manera inmediata para poner freno a los numerosos ataques que el lobo está realizando en las Arribes en los últimos meses. Al mismo tiempo, exige que se indemnice rápidamente por la vía patrimonial los daños que causan la fauna salvaje a los ganaderos, independientemente de que se tenga o no contratado un seguro.