La organización exige una gestión más profesional ante la aparición de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica

ASAJA Salamanca exige a la Consejería de agricultura que actúe con responsabilidad y proceda a informar al sector ganadero en relación a la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, que están sufriendo en las comunidades limítrofes como Extremadura o Madrid, en la que se han detectado algunos casos de esta enfermedad y de la que el sector ganadero sabe muy poco.

Según apunta el presidente, es necesario para que no se cree una alarma innecesaria como fruto del desconocimiento, que se informe de la evolución de esta enfermedad, así como las medidas de prevención necesarias para evitar su propagación.

Esta enfermedad que principalmente padecen animales silvestres como el Ciervo, se ha trasmitido en algunos casos a las ganaderías bovinas principalmente, causando en algunos casos hasta la muerte de bovinos.

Según afirma el presidente de Asaja Salamanca, “la enfermedad no supone ningún riesgo para las personas ni para el consumo de los productos cárnicos o lácteos pero sí que es necesario esa clarificación de la realidad de su evolución para que no se cree una alarma innecesaria”.

Asimismo, exigen que prevean mediadas de compensación para los prejuicios que las restricciones de movimientos o posibles tratamientos en los casos que puedan aparecer.

De igual modo la organización vuelve a denunciar la pésima gestión realizada en los últimos meses en programa de vacunación de Lengua Azul, encargada desde hace casi un año a una empresa externa: “Durante todo este tiempo hemos denunciado la ineficiencia de esta gestión, al no atender las peticiones de los ganaderos para la vacunación obligatoria, teniendo que optar por encargar esa labor a nuestros propios veterinarios de explotación, asumiendo el propio ganadero ese coste, mucho antes del periodo programado como plazo para dar este servicio” , señala Juan Luis Delgado.

Entienden que ese importe que están asumiendo los ganaderos han sido compensados a la empresa y en su ineficacia no lo ha desempeñado, por lo tanto, la consejería tendría que compensar a quien ha realizado el tratamiento, es decir los ganaderos desatendidos.

Entendiendo que en este momento la consejería debería tener ya previsto el desarrollo de las próximas campañas sanitarias, tanto en el control de estas enfermedades como del propio saneamiento ganadero, exigen que se aseguren bien en la concesión o asignación de estas campañas para que no se repita otra campaña “tan desastrosa como la vivida en estos dos últimos periodos”.

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