Al cierre de esta revista estamos preparando una pancarta para llevarla a Bruselas el día 18. Allí
estaremos varios compañeros de la junta directiva y del comité ejecutivo de ASAJA Soria, como un
recordatorio de que Europa, si quiere seguir avanzando, debe hacerlo con los productores y no a pesar de ellos.
Más allá del número, del horario, del tiempo que haga, de la repercusión en Televisión Española esa tarde, lo
esencial será que se trata de un importante acto democrático y reivindicativo. Es un recordatorio de que la
legitimidad institucional del Ejecutivo no es un cheque en blanco, sino un contrato renovable que requiere
escucha activa. Si los responsables políticos de la Comisión, sobre todo la señora Von der Leyen, interpretan
estas manifestaciones como una molestia logística estarán desperdiciando una oportunidad de reconectar y
reconocer el papel imprescindible del sector primario en un territorio que va desde Varsovia hasta Huelva.
Las exigencias ambientales se han vuelto más estrictas, los precios de la energía y los insumos han
aumentado y la competencia internacional no juega con las mismas reglas. El resultado es una presión
asfixiante sobre explotaciones ya frágiles, especialmente en lugares como Soria, que siguen siendo la columna
vertebral de la economía.
Bruselas debería escuchar con atención. Como así lo ha hecho una buena parte del Parlamento Europeo,
que no comparte la idea de la Comisión sobre la próxima PAC. Cuando el sector agrícola se moviliza, no lo
hace por capricho; lo hace porque siente que su supervivencia está en juego. Y si el campo se debilita, lo hace
toda Europa: la alimentación, el paisaje rural, el equilibrio territorial, la identidad cultural y la soberanía
alimentaria dependen directamente de él.
El desafío para los líderes europeos es claro: transformar el descontento en diálogo, y el diálogo en políticas
más pragmáticas, equilibradas y sensibles al mundo rural. Ignorar las demandas de hoy sería un error estratégico
y moral. La agricultura no pide privilegios: pide condiciones justas para seguir produciendo, innovando y
cuidando lo que siempre ha sostenido a Europa. Eso está claro y la sociedad debe y tiene que saberlo.
Los profesionales del campo han de ser parte del debate, no quedarse relegados- como pasa con los acuerdos
con terceros-. Ya está bien de tratarnos como si simplemente fuésemos lo que deben adaptarse a decisiones
tomadas lejos de sus realidades. Y para todo ello el campo pide, sobre todo, que la PAC sea una herramienta
de estabilidad, no en un laberinto burocrático que asfixia más que apoya.
Cambio de tema, aunque en realidad va muy ligado a lo anterior, y os animo a que estas navidades digáis
bien alto y claro que consumir productos de Soria es una decisión acertada por muchos motivos.
Elegirlos es una forma de inversión: en nuestra economía, en nuestro entorno y en nuestra cultura. Con eso,
entre todos reconocemos el valor de aquello que nace cerca de nosotros. Es una forma estupenda de proteger
un patrimonio cultural que no se conserva en museos, sino en los mercados y en la mesa. Consumir lo
autóctono es una forma de mantener vivas nuestras raíces. En definitiva, consumir productos de la provincia
es una decisión pequeña con un poder enorme. Cada compra es un voto silencioso por el tipo de sociedad que
queremos construir. Y si aspiramos a un futuro más sostenible, justo y conectado con nuestras raíces, quizá sea
momento de mirar primero hacia lo que nos ofrece nuestra propia tierra, con una calidad indiscutible.
Consumir productos autóctonos no es cerrarse al mundo, sino reconciliarse con él desde lo cercano. En
tiempos de incertidumbre global, lo local ofrece estabilidad, calidad y sentido. Es una elección pequeña, pero
con consecuencias grandes: para nuestra salud, para la economía de muchas pequeñas empresas y para
quienes trabajan la tierra que nos alimenta e invierten en
las zonas rurales. Y como tenemos la Navidad ya encima, os deseo de todo
corazón que paséis unas muy felices fiestas, y ya sabéis que
tanto la junta directiva como los servicios técnicos de la
organización están a vuestra disposición en todo lo que sea
defender e impulsar las pequeñas empresas agroganaderas.
Los que vivimos, invertimos y trabajamos en el mundo rural
somos muy importantes para el futuro de la provincia.
Reivindiquémoslo con la cabeza bien alta también en 2026,
como siempre se ha hecho en estas siglas desde sus orígenes.

ANA PASTOR
PRESIDENTA DE ASAJA SORIA