Como puede leerse en efeagro.com, el gabinete federal alemán ha aprobado una nueva estrategia de bioeconomía, la cual ha sido fuertemente criticada por el hecho de que en ella apenas se ha mencionado la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), y se ha centrado, se asegura, “demasiado” en la tecnología y en la optimización. (Según informa el portal alemán EURACTIV.de, socio de EFE).

La ministra germana de Agricultura , Julia Klöckner, sueña con que, algún día, exista una sociedad con mayor oferta de productos reciclados, entre ellos puertas de coches hechas con fibras de cáñamo o botas degoma fabricadas a partir del maíz, por ejemplo. Alemania cuenta desde el pasado 15 de enero con una nueva estrategia de bioconomía: se trata de la tercera de este tipo, y actualiza las anteriores, de 2010 y 2013.

La lógica de la nueva estrategia germana es realmente simple: la economía debería, paulatinamente, utilizar materias primas renovables, muchos menos dependiente del carbón, el petróleo o el gas. Al tiempo que usamos importantes combustibles fósiles, las energías renovables florecen en praderas, campos y bosques, asegura Klöckner.

La ambiciosa estrategia que su ministerio, junto con el ministerio alemán de investigación han diseñado, se basa en dos principios básicos: mientras la estrategia se centra mucho en la biotecnología y en la investigación, también está previsto que se pongan a disposición de la industria más materiales y materias primas biogénicas. Algunos de los materiales básicos para los productos “bio” son, por ejemplo, plantas, microorganismos, algas u hongos.

No obstante, la renovada estrategia alemana de bioeconomía no es un caso aislado: cerca de 60 países han desarrollado este tipo de estrategias en todo el mundo, con el objetivo de que sus economías sean más sustentables y circulares.

Para la ministra alemana de Investigación, Anja Karliczek, esto se traduce en claras oportunidades económicas, ya que una economía sostenible garantiza a Alemania “una posición líder en los mercados en el futuro a largo plazo”.

Ni la PAC ni sus otros objetivos, entre ellos la reestructuración de las cadenas alimentarias, la conservación de los paisajes o el garantizar una alimentación saludable, se mencionan en la estrategia de bioeconomía de Alemania.