La Comisión Europea pergeña regular las nuevas técnicas de edición del genoma de las plantas, biotecnología de vanguardia distinta a los organismos genéticamente modificados (OGM) que permite generar cultivos más resistentes al cambio climático o a enfermedades y plagas.

La comisaria europea de Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, ha dicho -como así recoge Efeagro-  que su intención es «dar a nuestros agricultores las herramientas para producir alimentos sanos y seguros, adaptados a nuestras condiciones climáticas cambiantes y con respeto por nuestro planeta».  

A diferencia de los OGM, donde se introducen en una planta código genético foráneo para mejorarla, estas nuevas técnicas sólo modifican el genoma de la propia planta o introducen material equivalente.

Existe una primera categoría recogida en la propuesta (cisgénesis) en la que se añade código de la misma especie o familia de la planta, que se tratarían de manera similar a las plantas convencionales pues el proceso es equivalente a la selección de semillas ancestral para ir mejorando las cosechas, pero de forma más efectiva.

La segunda categoría (mutagénesis) sustituye los métodos tradicionales donde se empleaban radiación o químicos para obtener mutaciones aleatorias por nuevas soluciones de ingeniería más rápidas y precisas, como CRISPR-Cas9, que tendrá un tratamiento legal similar al de los OGM en la Unión Europea, el mayor importador mundial de productos agrícolas.

Existen ejemplos como maíz tolerante a las sequías, granos de mostaza menos amargos, cereales sin gluten o patatas resistentes a los patógenos que requieren entre hasta un 80 % menos de pesticidas y se espera que su desarrollo comercial esté maduro al final de esta década.