Un día más, como viene siendo últimamente ya recurrente, me han enviado un wasap en contra de la vaquería de Noviercas. Aparte de que no es lo mismo lo que me gustaría o lo que es que lo que debería ser, se trata de una iniciativa privada que, con sus luces y sus sombras, inconvenientes y virtudes, va a crear una serie de puestos de trabajo y que en esto algunos no estarán tampoco de acuerdo con ello. Desgraciadamente, en la provincia de Soria hemos pasado de tener unas 6.000 vacas de leche en los años 70, según una publicación de la antigua Caja de Ahorros de Soria, a unas 150-180 en la actualidad.

Me extraña mucho que en todos estos años no haya habido ningún ciudadano bienintencionado que haya protestado contra esta pérdida de número de cabezas; más bien parece que algunos solamente se acuerdan de esta provincia y de sus pequeños núcleos de población cuando ellos se ven amenazados o perjudicados.

El 99 por ciento de los que están piando y criticando contra estas instalaciones salieron quemando rueda de muchos pueblos y se fueron a grandes y masificadas ciudades sin tener en cuenta para nada lo que podrían haber hecho o dejado de hacer en sus pequeños municipios de origen. Tampoco parecen reparar ni tener presente que es muy bonito llegar a un pueblo y que estén disponibles muchos servicios esenciales, como el agua, la luz, el asfaltado y alcantarillado; pero es que todo eso existe gracias a los agricultores y ganaderos que en su día decidieron invertir en esos lugares. Ellos, con su trabajo, intentaron primero que sus explotaciones y familias salieran adelante y a la vez que el pueblo se beneficiase de ello para no acabar borrados del mapa en todos los sentidos. Recuerdo que en la mayoría de pueblos de la provincia había explotaciones ganaderas de cerdos, vacas y ovejas y los problemas que ya tenían estos sectores productivos cuando venían visitantes y se quejaban porque olía mal.

En esta provincia hemos tenido a lo largo de nuestra historia ejemplos de lo que yo diría que es el gran negacionismo y luego nos ha tocado echarnos las manos a la cabeza. Cuando familias y sectores se opusieron a la implantación de alguna fábrica muy conocida de automóviles y de neumáticos por su beneficio propio hoy donde se instalaron finalmente hay grandes polos de desarrollo y, mientras, nosotros nos quejamos porque somos un verdadero cero a la izquierda en nuestro país…Mucha matraca de todo a 100 sobre la tranquilidad -lamentablemente ‘proto’ geriátrica- de aquí, de un bucolismo sobre el papel que es insustancial y perjudicial a la larga y mucha ‘venta’ de la naturaleza, pero nos estamos quedando sin habitantes.

Con esto quiero decir que para conseguir determinadas metas hay que tener también algunos inconvenientes. Como al principio de este artículo ya he mencionado, no es lo mismo lo que queremos que lo que es la realidad. A diferencia de lo que parece insinuarse algunas veces en determinados medios de comunicación, no todas las organizaciones profesionales agrarias estamos en contra de la vaquería. Evidentemente, lo más idóneo sería que esta explotación ganadera estuviera repartida en 40 ó 50 instalaciones distribuidas por la provincia; así que invito a todos sus detractores a que tomen sus dineros y ahorros o que pidan préstamos e inviertan en la provincia en vez de estar criticando lo que se puede hacer y lo que se está haciendo. En situaciones así es justo reconocer que no es lo mismo predicar que dar trigo y hay que confesar que lo cómodo es tener todo tipo de comodidades, queremos puestos de trabajo y queremos que llueva pero sin mojarnos.

Es muy fácil criticar y no hacer nada. Si los que pierden el tiempo criticando lo que no les parece bien que hacen otros se dedicaran a invertir en Soria seguramente nos iría mejor en todos los sentidos. Esta provincia está necesitada de personas trabajadoras que inviertan, ya que por lo que vemos mesías salvadores y enemigos no nos faltan. Si cada uno de los que implacable y machaconamente expresa opiniones negativas se pusiera de verdad a arrimar el hombro y a invertir o a promover esas inversiones esto sería un vergel con futuro porque habrá alguien cuidándolo por su propio bien y por el bien común.

Por otra parte, los ataques que vienen desde fuera de la provincia son dirigidos por alguna ‘opa hostil’ y son un tanto interesados. Sirva el ejemplo de alguna publicación lucense, donde se critica esta vaquería cuando esa provincia gallega tiene más vacas de leche que toda Castilla y León junta.

CARMELO GÓMEZ SANZ

PRESIDENTE DE ASAJA SORIA