Hace poco leí que para lograr éxitos y avances en la sociedad se necesita conjugar voluntades, unir intereses compatibles, aunque sean diferentes, y sumar ideas, ingenio y puntos de vista. Lo contrario suele llevar a grandes derrotas. Vamos con un ejemplo que miles de personas han vivido: una comunidad de vecinos ante la idea de instalar un ascensor, con los gastos que ello comporta. Quizá los de la planta de abajo no lo vean tan necesario o les dé igual o incluso se pongan en contra para no gastarse un duro. Pues esa misma sensación tenemos a menudo los que trabajamos en el campo cuando ‘otros vecinos’ ven bien introducir lobos sin controlar, demonizar al sector con desinformación y no poner en valor nuestra labor esencial porque no nos ven necesarios, les da igual o no quieren gastarse una perra de su bolsillo…

La cantidad de debates, testamentos infumables en las redes sociales y soflamas vacías para hacerse los ‘guais’ o los ‘cool’ es incontable en lo relacionado con la actividad agroganadera. Pero escasea tanto como los jóvenes en el mundo rural o más toda esa retahíla sobre qué se hace con las colillas de los cigarros en las grandes ciudades o si los habitantes de Madrid o de Córdoba utilizan el aire acondicionado más de la cuenta y el precio de la luz se dispara. Aquí es donde se ve verdaderamente el ‘salonismo’ para lo que les interesa que impera en la sociedad en general, que también parece ser un virus irrefrenable entre las administraciones, con especial mención a la de Bruselas y que afecta tan decisivamente al día a día de las explotaciones agropecuarias. Sin ir más lejos con el pago denominado “redistributivo”, declarado obligatorio en el acuerdo alcanzado recientemente en los triálogos en el seno de la UE, salvo que el Estado miembro justifique que no es necesaria su aplicación por existir otras medidas que garantizan un reparto de ayudas a las pequeñas explotaciones dentro del plan estratégico, figura dentro de la propuesta de acuerdo planteada por el Ministerio a las comunidades autónomas.

ASAJA Soria no ve clara la situación en que quedará la provincia, ni la pérdida que supondrá para la agricultura profesional de esta tierra.

La decisión de no incluir en su momento variables técnicas de tipo socio-económico en el diseño de las medidas en los pagos directos complica la visualización y por tanto el balanceo de las diferencias entre zonas con agricultura despoblada (como la nuestra), con otras pequeñas explotaciones en zonas de agricultura pluriactiva en zonas con mayor desarrollo económico y poblacional o incluso que comienzan a sufrir el fenómeno del despoblamiento por el que Soria ya transitó a lo largo de estas últimas décadas.

A la espera de que se despejen las incógnitas sobre la nueva regionalización y en qué tramo de hectáreas se realizará el corte para este pago redistributivo en nuestras regiones, ASAJA Soria pone en cuarentena esta ayuda y se posiciona en contra, de manera distinta a como ya han hecho en otras OPAS, que se han manifestado favorablemente o incluso la han celebrado.

En línea con lo trasmitido por ASAJA de Castilla y León, pedimos que la nueva PAC no implique una pérdida de fondos para zonas como nuestra provincia como ya nos pasó con la modulación. Nosotros apoyamos la agricultura profesional.

Es, por tanto, necesario, descender de la literatura y del ‘salonismo’ del que hablaba al principio del artículo y dejarnos de cargas ideológicas. Por favor, que primen los criterios técnicos y agronómicos para así lograr mejorar la rentabilidad, viabilidad y competitividad de los profesionales agrarios de esta provincia o la alternativa es el Desierto del Sinaí en todos los sentidos. Y, ojo, más allá de un campo que ya no será tal tampoco se podrá recrear lo que se llamó el Éxodo cuando en la Biblia se nos dice que “Jesús les mandó maná, pero la gente estaba cansada de comer maná y querían carne, por lo que Jesús les mandó codornices”. Ahora lo que nos puede caer son plagas sin un campo profesionalizado y alguno rezará por al menos comer maná porque la alternativa será grava a granel, 250 gramos de cardos o un puñado de cenizas.

 

CARMELO GÓMEZ SANZ

PRESIDENTE DE ASAJA SORIA