Indignación en el campo abulense: la Junta paga 680 euros por un ternero muerto cuando las pérdidas superan los 2.000
La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila denuncia con rotundidad la situación límite que viven los ganaderos de la provincia ante el incremento imparable de los ataques de lobo, que se suceden a diario en prácticamente todas las comarcas ganaderas de Ávila, últimamente cebados en localidades como San Martín de la Vega del Alberche, La Herguijuela o Serranillos, entre muchas otras.
Ávila es hoy la provincia más afectada de toda Castilla y León por la expansión descontrolada del lobo, y los ataques se han convertido en una tragedia cotidiana que está llevando a muchas explotaciones al borde del abandono. Desde ASAJA Ávila exigimos a la Junta de Castilla y León y al Gobierno central medidas urgentes y efectivas, porque las palabras y las modificaciones legislativas no sirven de nada si en la práctica el ganadero sigue desamparado, sin poder defender a sus animales ni recibir una compensación justa por las pérdidas sufridas.
A esta dramática situación se suma la falta de rigor en las peritaciones: en demasiadas ocasiones, los guardas de medio ambiente de la Junta califican las muertes como “indeterminadas”, aun cuando los propios ganaderos, con la experiencia de toda una vida en el campo, saben perfectamente que se trata de un ataque de lobo. Esa práctica supone una doble injusticia, por un lado, se niega la evidencia y, por otro, se deja al ganadero sin indemnización.
Pero lo más sangrante es la injusticia económica de los baremos de indemnización que aplica la Junta de Castilla y León, que condenan al ganadero a la impotencia, sin poder actuar ni defender su medio de vida frente a unos ataques constantes, mientras carga con las pérdidas a sus espaldas. Las compensaciones no cubren ni la mitad del valor real de los animales perdidos, y en algunos casos, como el de los terneros menores de tres meses, ni siquiera se abona el lucro cesante que se produce en el conjunto del rebaño.
ASAJA Ávila quiere poner un ejemplo claro y didáctico, que ilustra la crudeza de esta situación: Cuando un lobo mata a un ternero de menos de tres meses, la Junta indemniza con 680 euros en concepto de valor del animal. No paga nada por lucro cesante, es decir, por la pérdida de rendimiento futuro del rebaño. Sin embargo, el valor real de mercado de un ternero pastero al destete se sitúa hoy en 1.500 euros, y el lucro cesante medio debería ser del 50% del valor del animal, es decir, 750 euros adicionales. Por tanto, las pérdidas reales para el ganadero ascienden a 2.250 euros, mientras que la Junta solo abona 680 euros, es decir, apenas el 30% de las pérdidas reales. Los 1.570 euros restantes los paga, una vez más, el ganadero, el mismo que cada día vela por la ganadería extensiva, cuida el territorio y mantiene vivo el medio rural.
“Es una tomadura de pelo. El ganadero alimenta a la sociedad y hace de guardián del paisaje, mantiene los pueblos y la biodiversidad, pero las administraciones le dan la espalda y le obligan a asumir el 70% de los destrozos que causa el lobo”, denuncia Joaquín Antonio Pino, presidente de ASAJA Ávila.
ASAJA Ávila considera inadmisible que se siga hablando de convivencia entre el lobo y la ganadería cuando el equilibrio es inexistente y la protección del lobo es absoluta, mientras la protección del ganadero es nula. Por ello, la organización agraria exige:
- La puesta en marcha urgente de un plan de control poblacional del lobo, que garantice la sostenibilidad de la ganadería extensiva y la seguridad de las explotaciones.
- La revisión inmediata de los baremos de indemnización, adaptándolos al valor real de mercado y reconociendo el lucro cesante en todos los casos.
- El reconocimiento de los ataques de lobo cuando la evidencia así lo indique, evitando la calificación arbitraria de “indeterminados”.
“Si no se actúa ya, no solo desaparecerán los rebaños, desaparecerán también los ganaderos, y con ellos un modo de vida, una cultura y una forma de gestión del territorio que ha hecho posible que Ávila siga siendo una provincia viva”, concluye ASAJA Ávila.



