La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila denuncia la asfixiante situación que están atravesando las granjas de caprino en la provincia debido a la caída en picado de los precios de la leche de cabra durante este año. El año pasado, el precio medio del litro de leche se situó en torno a los 90 céntimos, y este año se sitúa entre los 45 y los 65 céntimos, lo que supone una caída de entre el 35 y el 50% que ha puesto en jaque la viabilidad de las explotaciones, que están trabajando a pérdidas y no consiguen cubrir los costes de producción.

La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila denuncia la asfixiante situación que están atravesando las granjas de caprino en la provincia debido a la caída en picado de los precios de la leche de cabra durante este año. El año pasado, el precio medio del litro de leche se situó en torno a los 90 céntimos, y este año se sitúa entre los 45 y los 65 céntimos, lo que supone una caída de entre el 35 y el 50% que ha puesto en jaque la viabilidad de las explotaciones, que están trabajando a pérdidas y no consiguen cubrir los costes de producción.  

En 2014, por estas fechas, el precio del punto de extracción quesera (EQ)* fue de 9 céntimos, y ahora no supera los 6 céntimos, lo que supone que, de media, se haya pasado de cobrar unos 90 céntimos de euro por litro de leche de cabra a percibir entre 45 y 65 céntimos de euro por litro. Para que una explotación sea viable, el precio del EQ debe situarse por encima de los 8 céntimos.

Los ganaderos lamentan la actitud dictatorial y abusiva de una industria láctea cada vez intenta comprar más barata la leche para sacar el máximo margen comercial a costa del beneficio que corresponde a las explotaciones. Pese a que la demanda de leche de cabra es creciente tanto en España como en el resto de Europa y muy especialmente en el continente asiático –especialmente en China-, la industria alega que no existe tal demanda y que hay excedente de producto en el mercado, con lo que reduce los precios al ganadero, mantiene el precio de venta en el mercado y gana más dinero a costa del margen de beneficio con el que sobreviven las granjas de caprino, ahogándolas y abocándolas al cierre.

A los abusos de la industria láctea, tanto la española como la francesa, en el pago de precios miserables a los ganaderos, se suman otros problemas, como el saneamiento ganadero o el incremento de los costes de producción, especialmente el encarecimiento del forraje y los piensos y del consumo eléctrico.

Por ello, ASAJA demanda a las Administraciones públicas que tomen cartas en el asunto de forma inmediata para garantizar la viabilidad de las explotaciones de caprino de leche de Ávila. En concreto, solicita que al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que aplique lo que corresponda de la Ley de Medidas para mejorar el funcionamiento de la Cadena Alimentaria, aprobada hace dos meses, y que ordene investigar esta situación a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) y al Observatorio de Precios de los Alimentos.

 La organización agraria también pide a la industria que rebaje sus márgenes comerciales y sea justa con los productores, para que éstos puedan vivir dignamente de su trabajo.

Hace seis años, recuerda ASAJA, una grave crisis de precios similar a la que se está produciendo ahora obligó a cientos de explotaciones de caprino de leche a echar el cierre, con la consiguiente destrucción de empleo y pérdida de población en el medio rural, que conllevó también un encarecimiento del precio de la leche de cabra.

             * Punto de Extracción Quesera: es la suma de grasa y proteína que contiene la leche de cabra, y varía en función de la época del año, siendo mayor en invierno. Se utiliza para calcular el precio de la leche. Un litro de leche, dependiendo de la época del año, suele tener entre 8 y 10 puntos de extracción quesera.