Menos dinero para el campo en 2016.

Por Joaquín Antonio Pino, presidente de ASAJA de Ávila.

Los Presupuestos Generales de Castilla y León para 2016 parecen confirmar la tendencia que ya marcaron las cuentas del Estado para el año que viene: no hay una apuesta firme y sólida por el campo español desde nuestras instituciones. Un craso error si se tiene en cuenta que la recuperación económica, el crecimiento del empleo y la lucha contra la despoblación pasan inevitablemente por el sector primario, especialmente en una Comunidad Autónoma como la nuestra.
El Gobierno regional ha decidido reducir el presupuesto para Agricultura y Ganadería para el año próximo en casi un 25 por ciento, y por tanto los fondos propios con los que contará la Consejería que dirige Milagros Marcos serán de 406,4 millones de euros.
También se han reducido en más de un 13 por ciento los Presupuestos Generales del Estado para el sector agrario y para 2016 el Ministerio de Agricultura estará dotado con 7.438 millones de euros. Malas noticias, porque agricultores y ganaderos dispondremos de menos fondos.
A todo ello se suma el retraso constante en el pago de las ayudas comprometidas por las Administraciones públicas: no llegan las indemnizaciones de daños por ataques de lobo, se hacen esperar las ayudas de primera instalación y las de modernizaciones, también el pago anticipado de la PAC se ha demorado…
Esta es la situación que afrontamos y que coincide con otros problemas para el campo, como la crisis del sector de vacuno de leche o el comienzo de una sementera que no está resultando fácil porque las lluvias también se están haciendo esperar.
Ganaderos y agricultores necesitamos liquidez para poder afrontar nuestro día a día. Y no tediosas esperas de una Administración que espera hasta casi agotar los plazos legales para el pago de ayudas comprometidas y aprobadas.
Necesitamos apuestas fuertes, reales, proyectos respaldados por una consignación presupuestaria suficiente que nos demuestre de verdad el compromiso de los políticos con el campo y con el medio rural, que no puede limitarse a gestionarse los fondos que llegan desde Europa a través de la PAC.