Nuestro futuro es la leche, por Joaquín Antonio Pino

Lo mínimo exigible es que el trabajo compense, no solo que cubra costes, que eso debe darse por supuesto, sino también generar un beneficio. Y que nos permita a los agricultores y a los ganaderos vivir dignamente de nuestro trabajo.

Madrugar. Levantarse cuando sale el sol y empezar a trabajar. También en verano, mientras muchos aprovechan sus vacaciones para descansar y relajarse en el pueblo o en la playa. Pero no los ganaderos de vacuno de leche. Comienzan temprano su labor y acaban siempre tarde porque las explotaciones generan una importante carga de trabajo.
Lo mínimo que se puede pedir es que ese esfuerzo merezca la pena. Lo mínimo exigible es que el trabajo compense, no solo que cubra costes, que eso debe darse por supuesto, sino también generar un beneficio. Y que nos permita a los agricultores y a los ganaderos vivir dignamente de nuestro trabajo.
Porque no olvidemos que somos nosotros, los agricultores y los ganaderos, los que sustentamos el presente y el futuro de nuestro medio rural, de nuestros pueblos.
La gravísima crisis de precios que atraviesa el sector lácteo desde la desaparición del sistema de cuota láctea está poniendo en jaque la viabilidad de las explotaciones de vacuno de leche de nuestra provincia. Es inaceptable e indignante que la industria pague el litro a menos de 29 céntimos de euros, cuando el mínimo que garantiza la continuidad de nuestras granjas es de 36 céntimos de euro. Es un abuso intolerable que merece una respuesta contundente por parte de las organizaciones agrarias y también por parte de las administraciones, que están manteniendo una postura tibia ante un auténtico atraco a los ganaderos.
Ante esta situación, que realmente es crítica, hay que movilizarse. Y apoyar a los ganaderos de vacuno de leche porque, en definitiva, se apoya
el futuro del campo y de nuestros
pueblos.
Os invito a todos a participar, los días 31 de agosto y 1 de septiembre, en las dos etapas de la ‘Marcha Blanca’ que discurrirán por Ávila y darán visibilidad social y mediática a este tremendo problema cuya solución es sencilla: que se pague al ganadero un precio justo por la leche.