Por la unidad y defensa de la explotación familiar

Por José Antonio Turrado*, secretario general de ASAJA Castilla y León

 
Figura en nuestros Estatutos, en los de ASAJA de Castilla y León, el principio de defensa de la explotación familiar agraria. Este principio vino importado del modelo de sindicalismo agrario francés y se introdujo en muchas de nuestras organizaciones desde una ideología democristiana. Después, más tarde, se lo han apropiado también otras organizaciones cuando perdieron su ideología comunista y se aproximaron a la socialdemocracia.
 
Esto de agricultura familiar tiene su carga ideológica y por eso algunos lo rechazan sin entrar en profundidad en el debate. Hay que decir que en los últimos años, y podemos hablar de hasta treinta años, ningún gobierno ha legislado a favor de la agricultura familiar, más bien ha sido un concepto al que tan siquiera se ha recurrido cuando hemos teorizado sobre el presente y el futuro  del mundo agrario. Otros conceptos como el agricultor joven, la mujer rural, el profesional, la actividad empresarial agraria, el agricultor a título principal.., han tenido más presencia en debates y hasta en las normas legislativas.
 
Ha tenido que venir la FAO, ese organismo de Naciones Unidas dedicado a combatir el hambre en el mundo, que es tan inoperante como su matriz, a dedicar un año a la “agricultura familiar”, para que todos empecemos a hablar  de algo que estaba aparcado. Y yo me alegro que esta vez la FAO haya acertado, porque defender algo en lo que uno cree es francamente fácil. Claro que la FAO cuando dedica un año a la agricultura familiar no está pensando en esas familias de agricultores castellanos y leoneses, ni en los franceses, está pensando en una agricultura de subsistencia de los países pobres que como mucho comercializa el pequeño excedente en el mercado local sin transformación previa. Y con esta agricultura familiar, con la de subsistencia, no podemos identificarnos los agricultores de Castilla y León, ni creo que podamos ni debamos identificarnos en ningún territorio de Europa donde compartimos la misma Política Agrícola Común.
 
Cuando en 2014 celebremos el año internacional de la agricultura familiar, lo que toca defender es el modelo de agricultura europea, que es el de Castilla y León. Nuestra agricultura familiar es un modelo de explotación donde la tierra y los conocimientos, y también los sentimientos que tenemos puestos en esto, pasan de una generación a la siguiente. El titular de la explotación es un autónomo que, además de gestionar, es el primero y muchas veces único trabajador. La familia, en el sentido más amplio, forma parte de la mano de obra de la explotación, bien de forma regular o en campañas específicas, una familia que también va junta al notario para formalizar los préstamos. Son explotaciones de agricultores que viven en el medio rural y donde es difícil entender la vivienda sin  la parte anexa donde están o estaban los animales , y donde se guardan la maquinaria y las cosechas. Esta agricultura familiar está orientada al mercado, es sin duda el modelo de producción agraria más eficiente, se ha sabido adaptar a los tiempos que corren donde el componente tecnológico tiene un gran peso, satisface las necesidades de la agroindustria y por tanto también de los consumidores, y está preparada para competir en un libre mercado mundial en igualdad de condiciones.
 
Creo que la agricultura familiar ha estado bien defendida, porque la mayoría de los dirigentes agrarios europeos nos consideramos  hijos primero, y padres después, de esta agricultura. Otra vez nada nos va a enseñar la FAO. Y para quienes estos días hacen congresos llevando el mensaje a sus lemas, le recordaré aquel congreso en el López de Vega de Madrid, en el año 1986, donde una organización hoy integrada en ASAJA, defendía, con firmes principios y convicciones, “la unidad y defensa de la explotación familiar”. Yo  estuve allí. 
 
* José Antonio Turrado es Secretario Gral. de ASAJA Castilla y León
Asociación Agraria – Jóvenes Agricultores