ASAJA sigue demandando a la CHD «sentido común» para poder realizar las rotaciones de cultivos

La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) agradece la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Duero en la realización de la jornada celebrada ayer sobre "la problemática del riego por sondeo" y la del Ayuntamiento de Arévalo por ceder el espacio para su celebración.

ASAJA sigue reiterando su posición. Se demanda a la Administración que ponga fin a los problemas con los que se están encontrando los regantes de sondeos y acabe con la injusta y abusiva campaña de multas y sanciones a los agricultores, sobre los que se cierne la espada de Damocles al verse penalizados por la Confederación Hidrográfica del Duero. Si incumplen la normativa al efectuar riegos en tierras de secano con la obligación de la rotación de cultivos que conllevan la PAC y las ayudas del Plan a los de Desarrollo Rural (PDR), son sancionados por la Junta de Castilla y León.  

Los agricultores que tienen concesiones de aguas subterráneas a través de captaciones privadas para el riego en tierras de secano están atemorizados por las fuertes multas que está imponiendo la CHD, de más de 1.000 euros por hectárea, lo que hace inviable económicamente cultivar las tierras. De este modo, ASAJA siempre ha apelado al sentido común para solucionar un conflicto meramente burocrático que tiene un arreglo sencillo. ASAJA ha revelado durante años a la administración que debería habilitar un canal que permita al agricultor presentar una comunicación ante el organismo de cuenca para que se autorice el riego por sondeo de las parcelas en las que tenga en ese momento los cultivos en rotación, lo que en ningún caso conlleva ni sacar más litros de agua ni aumentar el número de hectáreas, si no simplemente cumplir con los dictámenes de la PAC o las ayudas agroambientales, por ejemplo, a la remolacha, que obligan a rotar cultivos. 

ASAJA recuerda que la rotación de cultivos es una práctica agrícola beneficiosa para el medio ambiente, que impide el agotamiento de recursos del suelo y otros problemas derivados como la contaminación por nitratos. Esto implica incluir en la explotación temporalmente, durante uno o dos años, una finca de secano próxima a la de regadío. En esa finca arrendada o cedida, se usan los caudales de agua autorizados en la de regadío que ese año se cultivará en secano por lo que no se utilizará el agua de la captación para su riego.

Por ejemplo, para cultivar remolacha, se requiere una rotación mínima de cuatro años. Así, para sembrar 10 hectáreas de remolacha, se necesita disponer de 40. No todos los agricultores tienen la superficie suficiente por lo que suelen recurrir al arriendo de las parcelas vecinas, que siembran con remolacha y riegan con su sondeo pero manteniendo la cantidad de agua concedida y sin superar las hectáreas autorizadas.