La consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León ha dado a conocer, esta semana, la superficie de cada uno de los cultivos, en función de la declaración efectuada por agricultores y ganaderos al tramitar las ayudas de la PAC. Vaya por delante que en las cifras de León se equivocaron, añadiendo por error, 20.000 hectáreas, como si una superficie así se pudiera sacar de la manga de un año para otro. Tarde ya para rectificar, así que ahí quedará en las hemerotecas para los siglos de los siglos. Hemos sembrado más cereales de invierno, sobre todo por la disponibilidad de las nuevas fincas de las concentración de Los Oteros; menos girasol porque no es atractivo agronómicamente en la provincia de León; menos remolacha porque ha habido una reducción drástica de las condiciones económicas de contratación; más maíz porque es la alternativa que tenemos cuando todo lo demás falla; menos lúpulo porque es un cultivo complicado y ahora mal pagado; menos barbecho porque mejoraron las siembras en las fincas de reemplazo de Los Oteros; más forrajes –que por cierto están teniendo un mal mercado-; parecido en legumbres y patatas; y parecido en superficie de pastos, la más numerosa en hectáreas.

Nada extraordinario y casi todo previsible. Los planes de siembra se deciden según la climatología, la disponibilidad de agua, las normas de la política agrícola común, y los mercados. Y en los mercados, tan importante es la expectativa de precios de venta, como la previsión de costes de los insumos necesarios para producir. Y casi nada se decide al azar o por capricho, porque detrás de cada decisión de sembrar una u otra cosa, hay o debe de haber un criterio empresarial.  Buscar márgenes económicos es legítimo, y el que no los busca, o el que no los consigue, tiene los días contados en una actividad en la que cada vez hay que hacer un desembolso mayor, en inversiones y en gastos corrientes, para obtener, si hay suerte, un margen más que moderado. Porque los negocios especulativos, el ganar dinero fácil, no es propio de este sector primario.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 13 de junio de 2025.