EL MINISTRO QUE MENTIRÍA A SU PROPIO CONFESOR

El ministro de agricultura ha mentido en el Senado – en sede parlamentaria-, ha mentido a los medios de comunicación, ha mentido ante un auditorio de agricultores, y mentiría a su propio confesor antes de reconocer un fracaso en su gestión de gobierno.

EL MINISTRO QUE  MENTIRÍA A SU PROPIO CONFESOR
 
El ministro de agricultura ha mentido en el Senado – en sede parlamentaria-, ha mentido a los medios de comunicación, ha mentido ante un auditorio de agricultores, y mentiría a su propio confesor antes de reconocer un fracaso en su gestión de gobierno. Y además de mentir, enredará todo lo que pueda, tratará de confundir a la opinión  pública sabedor de que juega con ventaja a la hora de explicar la gestión de unos fondos públicos que no es fácil de entender.  Pero lo cierto, lo que no admite discusión, es que el Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León no se está cumpliendo en los compromisos de pago y que el responsable es el ministerio de Agricultura al no abonar la parte que le corresponde. Claro que el problema ya lo vimos algunos, y lo podían haber visto otros, cuando en los Presupuestos Generales del Estado para el año 2013 la partida estaba dotada con escasamente el 20 por ciento de las necesidades reales. Hoy, la consecuencia de ello, es que por culpa del Gobierno de la nación está bloqueado el pago de 113 millones de euros en Castilla y León. Al no poner una cuarta parte de los compromisos de pago, no se puede pagar la otra cuarta parte de la Junta, y lo que es peor, no se libera la mitad de esa partida que proviene de fondos europeos. Pero este dinero, dirigido a la modernización del sector agropecuario, tiene destinatarios con nombres y apellidos, destinatarios con explotaciones en las que se ha invertido dinero, sacrificios y muchas ilusiones que pueden terminar frustradas por culpa de un mal ministro. Este dinero se le debe a los jóvenes, a los que han invertido en la modernización del campo, a los que tienen derecho a una ayuda por estar en zonas desfavorecidas, a los que se han comprometido con un programa agroambiental, a los grupos de acción local, y a decenas de industrias agroalimentarias generadoras de riqueza y empleo.
 
El ministro Arias Cañete debe de asumir su responsabilidad y liberar el dinero cuanto antes. Si no lo tiene, debe de poner en marcha los mecanismos para habilitar las partidas cuanto antes, y mientras tanto, tranquilizar a los agricultores y ganaderos garantizando el cobro y poniendo una fecha cierta para que puedan verlo en sus cuentas. Hacer otra  cosa será crearse más enemigos, enfrentar a instituciones y ponérselo muy difícil a su partido político.
 
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en  La Crónica del viernes 21 de junio de 2013.