Los controles por monitorización son un procedimiento de observación periódica y sistemática de la tierra, basado fundamentalmente en la utilización de las imágenes de los satélites Sentinel del Programa Copernicus. Estos controles tienen una naturaleza preventiva y su objetivo es la verificación periódica y continua de la compatibilidad entre la actividad agraria declarada por el agricultor y la observada en la serie temporal de imágenes Sentinel. Esta información, procesada con sistemas de inteligencia artificial y complementada por otras tecnologías, como el uso de drones o apps para la captura de fotografías geoetiquetadas, permiten la comprobación, en gran medida automática, de los criterios de admisibilidad de las ayudas.
 La utilización de estos controles en sustitución de los controles sobre el terreno actuales (tanto clásicos como por teledetección) supone un cambio de paradigma, al pasar de unos controles sobre el terreno puntuales, realizados de forma manual y basados en el muestreo del 5% de los beneficiarios a la realización de controles automatizados continuos al 100% de los mismos.
Este nuevo sistema de controles acarrea también una nueva forma de entender las relaciones entre los beneficiarios de ayudas de la PAC, de forma que la comunicación entre ambos actores es fundamental. Así, haciendo uso de los canales habilitados al efecto, los pocos casos de expedientes dudosos o con incumplimientos detectados son comunicados a los beneficiarios por parte de las comunidades autónomas, requiriendo el aporte de información o evidencias adicionales en forma de fotografías geoetiquetadas o bien la modificación de la solicitud única con objeto de corregir los posibles errores detectados en los plazos habilitados al efecto.
En el año 2020 se realizó como prueba este sistema en la SAC de Valencia de Don Juan en la provincia de León, dando lugar a unas 600 incidencias que se corrigieron posteriormente, algunas de las cuales supusieron reducción de los importes de ayuda por no haber hecho el agricultor la declaración correcta, sobre todo en  lo relativo  a las tierras declaradas de barbecho. En el año 2021 este sistema abarcará la totalidad de la comunidad autónoma de Castilla y León y con el se controlarán los expedientes de la totalidad de las ayudas directas.
Para rebatir el resultado de estos controles, la mejor herramienta en manos del agricultor es tener fotos georreferenciadas que den testimonio del cultivo en una finca y momento determinado.
Cuando el sistema detecte discrepancias con lo declarado por el agricultor, este podrá hacer una modificación de su expediente, sin penalización, limitada a la adaptación de la delimitación gráfica o uso de las parcelas de su Solicitud Única a las incidencias detectadas y comunicadas en la monitorización, en un plazo hasta el 31 de agosto. La administración se reserva como último recurso las visitas de campo por parte de sus técnicos para comprobar la veracidad de  aquellos expedientes que finalmente continúen siendo dudosos.
ASAJA. León, febrero 2020.