LAS HORAS DE TRABAJO DE UN GANADERO

El Instituto Alemán del Mercado de Trabajo e Investigación del Empleo ha hecho público un informe según el cual los agricultores de ese país trabajan una media de 1.740 horas anuales, lo que es sensiblemente superior al promedio para el conjunto de los trabajadores que lo sitúan en 1.406 horas

LAS HORAS DE TRABAJO DE UN GANADERO
 
El Instituto Alemán del Mercado de Trabajo e Investigación del Empleo ha hecho público un informe según el cual los agricultores de ese país trabajan una media de 1.740 horas anuales, lo que es sensiblemente superior al promedio para el conjunto de los trabajadores que lo sitúan en 1.406 horas. Pues bien, la cifra resulta creíble y es probable que coincida bastante con las horas utilizadas en la agricultura por parte de los profesionales del sector de la provincia de León, por aquellos que viven del campo como actividad principal o única y que en función de ello cotizan como autónomos agrarios a la Seguridad Social. Entiéndase  que en el tiempo de trabajo de un agricultor se incluye las labores propias del campo, tanto las más manuales como las más mecanizadas, pero también otras que tienen que ver con la gestión, con las relaciones con las administraciones públicas, con las empres a las que se le compran los medios de producción o son proveedoras de servicios, y con aquellas a las que se le venden las mercancías producidas. E incluso trabajar es también estar informado de los acontecimientos que tienen relación con la profesión, así como las actividades formativas que son propias. Hoy, con la mecanización del campo, se pude sacar adelante una buena explotación agraria dentro de una jornada laboral normal, en un trabajo muy digno donde la penosidad propia de otros tiempos ya está afortunadamente olvidada.
 
Otra cosa es el subsector ganadero.  Es improbable encontrar explotaciones ganaderas, y menos si son de producción de leche, que ocupen a su dueño menos de nueve horas diarias durante siete días a la semana todas las semanas del año, lo que viene a doblar el número de horas de lo que sería una jornada normal de cualquier trabajador. En esto se ha evolucionado poco, pues la ganadería requiere dedicación y mucha profesionalidad, muchas horas al pié del cañón que únicamente aguanta quién no tiene otra opción o quién es ganadero vocacional, que también existen. Trabajo muy mal pagado si se mide por horas, pero también mal pagado si se mide por riesgo que se corre o por la inversión que se asume. Como consuelo, y sobre todo para quienes fuimos ganaderos también en otros tiempos, ahora el trabajo, igual que con la agricultura, está muy mecanizado y por tanto tampoco es penoso, no requiere el esfuerzo físico de otras épocas.
 
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Crónica del viernes 4 de enero de 2013.