LO DE FISCHLER NO ES NADA COMPARADO CON LO DE MATAS

Artículo de opinión


opinión

LO
DE FISCHLER NO ES NADA COMPARADO CON LO DE MATAS

 

Tengo
que empezar diciendo que lo que pretende hacer el Gobierno de cobrar a los
regantes el coste de la elevación del agua del Esla al Páramo Bajo es una
aberración política que sólo se explica desde el absoluto desprecio y falta
de respeto a los profesionales del sector, y que tan solo cabe en las mentes de
quienes quieren acabar con la agricultura y la ganadería de la provincia. Pero
dicho esto, hay que decir también que una vez más "de aquellos polvos
vienen estos lodos". ASAJA nunca vio con buenos ojos este proyecto que
sustituía la regulación del río Omaña, y que el PSOE de entonces sacó a la
luz como quien saca un conejo de la chistera, pretendiendo contentar tanto a los
agricultores futuros regantes como a los ecologistas de fin de semana que se
oponían a la regulación del río Omaña.

 

Lo
cierto es que una vez que se ejecuta el proyecto ya no caben más reproches, y
lo que procede es sacar todo el jugo económico y social a unas inversiones que
han sido costosas para el erario público y no en menor medida para los usuarios
del agua. El PSOE de entonces arbitró una fórmula para compensar el coste
energético de elevar el agua, que pasaba por la concesión de una central
hidroeléctrica en Sahechores (en fase de construcción), con lo cual se le
garantizaba a los regantes que no iban a tener que pagar más que sus vecinos.
Pero la administración de entonces, de la que no dudo tuviese buenas
intenciones, no ató la solución ni desde el punto de vista político ni mucho
menos jurídico, pues casi las únicas referencias a esas promesas las hay que
buscar en las hemerotecas y en una resolución del entonces presidente de la
Confederación Hidrográfica.

 

Y
no quiero yo echar ahora culpas a un gobierno que lo fue hace más de seis
años. La única responsabilidad de que ahora se quiera cobrar la elevación del
agua a los regantes recae en el Gobierno de la Nación y en sus representantes
políticos. Por eso, en estos momentos no valen paños calientes, y el Partido
Popular tiene que decir simple, llana y claramente si asume los compromisos
adquiridos cuando se presentó el proyecto o si por el contrario quiere que los
agricultores costeen con sus dineros las batallas entre partidos. Y si el PSOE
lo hizo mal y no documentó el acuerdo con las suficientes garantías
jurídicas, lo que tiene que hacer ahora el PP es refrendar el espíritu del
mismo en reunión de Consejo de Ministros. Todo lo demás no nos sirve.

 

Estamos
en estos días que rabiamos con la reforma de la PAC que ha presentado el
comisario Fischler, por suponer una ruina para el campo leonés. Pues eso,
comparado con lo que quiere hacernos el ministro Matas, cobrando la utilización
del agua a más de 245 euros la hectárea (41.000 pesetas), es "pecata
minuta". Lo de Fischler puede ser una muerte con larga agonía, lo de Jaume
Matas es una muerte con puñalada certera. Si no conseguimos parar estos
desmanes, sencillamente en el Páramo Bajo no es posible hacer agricultura, por
muchas subvenciones y ayudas que pudieran darnos, y por supuesto, no es ni
planteable hacer inversiones. A esos precios, el agua que corra hacia el
Atlántico, y que vayan pensando qué hacen con nuestros agricultores y con toda
una comarca.

León, 20 de febrero de
2003.

José Antonio Turrado
Fernández.

Secretario General de
ASAJA C y L.