Los presupuestos

El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, presentó el pasado miércoles los presupuestos del gobierno regional para el año 2016, de los que destaca la llamativa bajada de casi el veinticinco por ciento en la partida destinada a la agricultura y la ganadería

Los presupuestos

El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, presentó el pasado miércoles los presupuestos del gobierno regional para el año 2016, de los que destaca la llamativa bajada de casi el veinticinco por ciento en la partida destinada a la agricultura y la ganadería. Una reducción insólita que probablemente no se haya producido en ninguna consejería desde que existe la Junta de Castilla y León. Para los entendidos, lo que ha ocurrido es que ahondan en la tendencia iniciada hace unos años de atender al sector primario únicamente con los fondos que llegan de Bruselas, con el dinero de la PAC, recortando las partidas de presupuesto propio hasta que terminen por desaparecer del presupuesto. Para los artífices políticos de la bajada, lo que se ha producido en un ajuste contable que no tiene trascendencia en el apoyo real al campo y por tanto en la economía de las familias agricultoras. Todo el esfuerzo de nuestras autoridades agrarias se va a destinar en las próximas semanas a hacernos ver que, donde creemos que el presupuesto ha bajado una cuarta parte, en realidad lo que se ha producido es una subida. Repetirán una mentira mil veces, conseguirán incluso que en muchos medios se reproduzca milimétricamente, pero nunca conseguirán que esa mentira tan repetida se convierta en verdad. La verdad es que esta vez, también esta vez, es el campo el que se sacrifica a favor de otras políticas que quizás son de más relumbrón, que están más de moda, o que reportan más simpatías y votos a la clase política. Estos presupuestos son pésimos si los comparamos con el año 2015, son pésimos si los comparamos con el año 2014, pues supondrían respecto a ellos una caída del 15,4 por ciento, y son rematadamente malos con respecto a los de 2009 –año que se destinaron más recursos al agro- con una caída del 40 por ciento. Con estas mimbres, imposible que la nueva consejera de Agricultura, Milagros Marcos, pueda impulsar un proyecto serio de modernización del campo, que cumpla con los compromisos de financiación compartida del Programa de Desarrollo Rural, y que pueda afrontar situaciones de cris por los bajos precios o por las malas cosechas.

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 16 de octubre de 2015.