Olvidada por los suyos

Barrunto que la efeméride luctuosa del asesinato de Isabel Carrasco va a ser un acto casi clandestino.

Olvidada por los suyos

Barrunto que la efeméride luctuosa del asesinato de Isabel Carrasco va a ser un acto casi clandestino. Lo digo porque los suyos, los que le teníamos aprecio personal, no expresaremos públicamente nuestros sentimientos, precisamente por eso, porque pertenecen al ámbito privado, y los de su familia política, probablemente no se dignen en colocar tan siquiera un ramo de flores en el lugar en el que fue abatida a tiros, un lugar, por cierto, a un tiro de piedra de la sede del PP donde por esos días habrá una intensa actividad propia de campaña electoral. No nos olvidemos que a Isabel Carrasco la asesinaron siendo presidenta provincial de un partido político en cuyo ámbito geográfico de actuación consiguió los resultados electorales suficientes como  para gobernar con mayoría absoluta en todas las instituciones. No la mataron por rencillas relacionadas con su vida privada, sino por rencillas relacionadas con su cargo en el Partido Popular y por su cargo como presidenta de una institución, la Diputación, donde la asesina quería trabajar como funcionaria perpetua sin aprobar una oposición. Y digo yo que si acontecimientos similares se hubieran producido en otra provincia  con otro presidente o presidenta del PP, o se hubieran producido en la nuestra con un representante de otro partido político, grupo empresarial o sindicato, se le recordaría en el primer aniversario de su muerte con actos acordes a nuestras costumbres y tradiciones mostrando dolor, respeto y consideración. Y por más que algunos hablen de su carácter para justificar el alejamiento como si Isabel Carrasco fuera la única persona a la que uno se podía cruzar por Ordoño hablando alto y soltando algún improperio de por medio. Y si hubo defectos, no le corresponde airearlos a la familia, ni tampoco a su familia política que es el PP, salvo que sean tan mala gente que renieguen de los suyos incluso de que muertos. Por eso, si el PP pasa de puntillas por esto, y sobre todo quienes son destacados cabeza de listas, no merecen que se les mire a los ojos. Yo al menos no lo haré.

Artículo de opinión de  José Antonio Turrado publicado en  La Nueva Crónica del viernes 1 de mayo de 2015