Es evidente que la cesta de la compra ha seguido la tendencia inflacionista y que hoy casi todo es más caro, o mucho más caro, de lo que lo era hace un año. Dentro del sector cárnico llama la atención la contención en los precios de la carne de porcino, y tanto del producto fresco, como del sometido a un proceso de elaboración y curación. El precio de salida de animales en granja también se ha incrementado, y seguramente que más que en otras muchas especies, algo lógico si se incrementan sobre todo los precios de los piensos, pero también otros insumos que intervienen en el proceso productivo. Si este incremento no se está trasladando al consumidor, o al menos no se está trasladando en igual media que ocurre con otras especies de animales de abasto, se debe simple y llanamente a que el sector es muy eficiente en todos los eslabones de la cadena y consecuencia de ello puede aguantar por algún tiempo las tensiones que se producen en los mercados. No ocurriría esto si no fuera porque el sector porcino español es puntero en el mundo gracias a un modelo de integración vertical que ha dado resultado, si no fuera porque la exportación absorbe más de la mitad de todo lo que producimos y además esa exportación está muy diversificada en productos y en puntos de venta, y no sería posible si no fuera porque hay empresas muy especializadas con solvencia económica para aguantar situaciones puntuales de márgenes ajustados o negativos. En definitiva, lo que quiero manifestar es que la carne de porcino sigue siendo una carne popular que ha ganado en calidad gracias a la mejora de los procesos productivos y a la introducción masiva del “ibérico de cebo” como producto diferencial, y que tiene unos precios contenidos porque en todos los eslabones de la cadena se hacen bien las cosas, aún a pesar de las trabajas que se ponen a las granjas y a los centros de sacrificio y procesado de canales por una parte de la sociedad demasiado ideologizada, que por lo general ya nació con la barriga llena y no sabe de dónde vienen los alimentos y menos lo que cuesta producirlos.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 23 de diciembre de 2022