El Gobierno ha publicado un avance de la renta agraria en España en 2020 con un incremento del 4,3  por ciento respecto al año 2019, año este último en el que se produjo una caída del 3 por ciento respecto a 2018. Es tentación de los gobiernos apuntarse los tantos cuando las cuentas son positivas, aunque en este caso, si lo hiciera, por igual razón sería responsable de la caída del año anterior, así que mejor que lo dejen estar. La renta agraria en España fluctúa sobre todo por inseguridad en las cosechas debido a la climatología, algo que no ocurría en el centro de Europa, pero que ahora cada año, por el cambio climático, es más frecuente. El año 2020 ha sido favorable climatológicamente hablando en España, y esa es una de las razones por las que han aumentado los ingresos de los productores de forrajes y cereales inclinando la balanza en sentido positivo. A esto, que lo ha dicho el Gobierno, yo añadiría que ha contribuido también en gran medida el repunte de precios iniciado pasado el verano. También el mercado de las frutas y hortalizas ha tenido signo positivo, sobre todo por el efecto del mejor comportamiento de los cítricos. En la rama ganadera, el protagonista indiscutible ha sido el sector porcino, hoy una de las grandes locomotoras de nuestro sector primario compitiendo en todos los mercados del mundo, siendo capaz incluso de atenuar las cifras negativas de otros sectores tan imbricados en nuestro territorio como el vacuno y el ovino y caprino. Pero en la renta agraria también influyen los gastos, y la conclusión es que se ha comprado más pero con precios contenidos, salvo en los piensos, que se han consumido también más y han sido más caros. En el capítulos de subvenciones el Gobierno se apunta un crecimiento del 2,3 por ciento, difícil de demostrar por inverosímil, y por último entra en la resta una partida de amortizaciones que cada vez es mayor porque hay que invertir más para producir. Con todo y con los peros necesarios, que los hay, el campo salva un año muy complicado para el conjunto de la economía y la sociedad española y leonesa.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 18 de diciembre de 2020.