En la provincia de León hay censadas unas cuatrocientas cincuenta mil ovejas y unas treinta mil cabras (igual que de paisanos). La Junta de Castilla y León ha comprobado que existen errores en la identificación de este censo, al igual que en el resto de las provincias de la comunidad autónoma, y ha acordado medidas para subsanarlo. El equipo de veterinarios contratados comprobará una a una cada oveja o cada cabra para constatar que disponen de un pendiente o crotal en la oreja con un número que las identifica como individuo, y que a su vez disponen, con la misma numeración, de un microchip instalado en el rumen apto para un lector electrónico. Paralelo a esto la Junta trabaja en una nueva orden sobre registro e identificación de ovinos, una normativa que no es nueva, sencillamente amplía la ya existente. Hasta ahora, en las operaciones de compraventa, los animales se identificaban agrupados a nivel de explotación en las guías oficiales de traslado, mientras que a partir de ahora se tendrán que relacionar uno a uno con su correspondiente “DNI”. Ni que decir tiene que más allá de los errores materiales, la incorrecta identificación acarreará importantes sanciones a los ganaderos y correcciones financieras en las ayudas de la PAC, por lo que nadie se va a escapar de cumplir una normativa rigurosa que acarreará más burocracia. No es tarea fácil para un ganadero trashumante que suba dos mil ovejas del Páramo a los puertos de Peña Ubiña, tener que preocuparse también de confeccionar su guía de traslado relacionando en hojas anexas los dos mil números de identidad, guardarlo en el bolsillo del chaleco por si aparece el del Seprona por el camino, y presentarlo en la Unidad Veterinaria de Villablino que en este caso sería la que le correspondería por el lugar de destino. Quizás las cosas tengan que ser así, aunque a veces parece que se legisla por exceso, y en todo caso no es normal que el ganadero tenga que destinar más tiempo y esfuerzos a la burocracia, al papeleo, que a cuidar de sus rebaños.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 29 de junio de 2018.