La política hidráulica en nuestro país, un país seco como la naturaleza nos recuerda años como este, ha sido todo un despropósito. Vivimos de las rentas de unos pantanos hechos antes de que nacieran la mayoría de las generaciones de agricultores que hoy están en activo, y se está tardando décadas en desarrollar los regadíos para los que fueron pensados. Digo esto apesadumbrado, pero en cierto modo esperanzado por los avances que, al menos en nuestra provincia, se han producido en los últimos años. Aún con esa esperanza, nos cuesta pasar del cincuenta por ciento de superficie modernizada, nos cuesta concluir los regadíos de Payuelos, no damos uso al pantano de Villagatón ni al de Casares, y no se despeja la duda sobre la construcción de las balsas del Órbigo. Lo que ha cambiado es la actitud de unos regantes que, ahora sí, quieren las inversiones, de unos propietarios que al menos ya no ponen obstáculos, y de unos consumidores que desean ver el campo produciendo y que los alimentos sean de calidad, seguros y accesibles de precio. Quizás la única rémora sean ciertos grupos conservacionistas enemigos de casi todo menos del vivir del cuento, y sean fuerzas políticas de extrema izquierda que están en contra de todo lo que hace avanzar a la sociedad. Para consuelo nuestro, y para que no pensemos que estos despropósitos solo ocurren en Leon, tengo que citar una nota de prensa de estos pasados días del Gobierno de Aragón, que ha anunciado una inversión en Monegros II, para el desarrollo de nuevos regadíos aprobados en el año 1986. Y lo que más me llamó la atención, leída la noticia, es que las fincas ya tienen los hidrantes puestos desde el año 2008, pero inservibles desde entonces ya que falta el canal principal para llevar el agua a la balsa de regulación. Falta de planificación y coordinación, como ocurre aquí, falta de acuerdo entre administraciones, falta de sintonía entre departamentos de un mismo gobierno, cambios de color político, injerencias de Bruselas, trámites administrativos tediosos, falta de presupuesto, desidia.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 20 de mayo de 2023.