¿Qué opina el Consejero de la Ley de Arrendamientos Rústicos?

Hace ahora dos semanas el Gobierno de la nación nos sorprendió con la aprobación del proyecto de la nueva Ley de Arrendamientos Rústicas.



¿Qué opina el Consejero de la Ley de Arrendamientos Rústicos?


José Antonio Turrado*

Hace ahora dos semanas el Gobierno de la nación nos sorprendió con la aprobación del proyecto de la nueva Ley de Arrendamientos Rústicas. Un texto elaborado por juristas del selecto Barrio de Salamanca de la capital de España, cuya visión del campo y sus problemas no va más allá de lo que se aprende en las cacerías, y para el que no se ha contado con la opinión del sector a través de sus legítimos representantes.

Es difícil pensar que un gobierno pueda tener tanta inquina a los miles y miles de agricultores arrendatarios como para desposeerles por Ley de sus derechos y por el contrario tener tanto que agradecer a ciertos propietarios de tierras como para inclinar la balanza con descaro a su favor. Todo en un momento delicado para el campo donde a la incertidumbre habitual se suma la generada a raíz del acuerdo de la reforma de la PAC, sin duda muy perjudicial y todavía poco aclarado.

Poco cabe discutir con el Ministro, pues si éste quisiese discutir algo lo habría hecho antes de su aprobación, y poco podemos discutir con una persona que se considera por encima del bien y del mal, que cada día que va al ministerio nos salva la vida a miles de agricultores españoles, y que poco menos que nos ha llamado estúpidos a quienes seguimos manifestando, por ejemplo, que la PAC que él aprobó en Bruselas es para nosotros un dardo envenenado. Ahora tocará discutir con los parlamentarios nacionales, a los que a buen seguro encontraremos por estas fechas sesteando y como casi siempre sin saber de qué les estamos hablando, y tocará discutirlo con el consejero de Agricultura y Ganadería de la Junta, José Valín.

El Consejero de Agricultura no ha dicho todavía esta boca es mía en asunto tan importante para los intereses agrarios de la región, y ya va siendo hora que rompa sus ataduras si las tiene y se pronuncie clara y nítidamente al respecto. Tendrá que decir si en nuestra región proliferan las «sociedades de administración o arrendamiento de fincas ajenas» o si por el contrario lo que predomina en Castilla y León son las pequeñas y medianas explotaciones familiares que cultivan más del sesenta por ciento de fincas en arrendamiento. Tendrá que pronunciarse sobre si es correcto que la nueva Ley reduzca el plazo de los arrendamientos a tres años cuando la Junta exige compromisos de cinco en los programas agroambientales, en los planes de mejora de las explotaciones, y en las ayudas a la incorporación de jóvenes al sector. Tendrá que decir si está de acuerdo o no en que los cien mil arrendatarios de fincas rústicas de Castilla y León mantengan el derecho de tanteo y retracto tan arraigado en nuestro ordenamiento jurídico y que respeta la relativamente reciente normativa de arrendamientos urbanos. El Consejero deberá de pronunciarse sobre la figura del subarriendo que contempla el nuevo texto, y que a nuestro entender favorecerá la especulación como ya ha ocurrido con las transferencias de derechos de producción. Tendrá el Consejero que decir qué le parece la desaparición de las Juntas Arbitrales de Arrendamientos Rústicos, que no hace tanto ha impulsado la Junta y que tienen el noble fin de resolver los conflictos entre arrendador y arrendatario de forma amistosa por vías extrajudiciales. También desaparece en el nuevo proyecto el Registro de Arrendamientos Rústicos en el que tanto empeño ha puesto nuestro Gobierno regional. Y para terminar, aunque hay más interrogantes, el Consejero deberá de manifestarse sobre si es o no conveniente un sistema de actualización anual de la renta, bien basado en el IPC o en el que hasta ahora ha estado en marcha como es el índice anual de precios agrícolas.

El silencio de Gobierno regional sobre tan importante asunto que afecta a miles de agricultores arrendatarios y a mayor número de propietarios de tierras, es cuando menos sospechoso, y tiene toda la pinta de ser un silencio cómplice.

El Ministro de Agricultura ha entrado en nuestras casas como un elefante en una cacharrería, nos quiere meter mano en el bolsillo utilizando la mayoría parlamentaria, y quiere traer a la mitad norte de España un modelo de agricultura de cortijo en el que cada fin de semana se cobija. Alguien debería de decir al Ministro que aquí las cosas son de otra forma, y ese alguien es el Consejero y los parlamentarios del Partido Popular.

León, 18 de julio de 2003.

Secretario general de ASAJA de Castilla y León.