Este periódico eligió para la portada del pasado miércoles la foto del descenso de la imagen de San Froilán desde su ermita en Valdorria, para presidir la misa y otros actos religiosos, en su honor, en este pueblo montañés del ayuntamiento de Valdepiélago. Al margen del delicado estado de salud de su alcalde, Julio González, del que se ha hecho eco también este medio, y al que le deseo una pronta recuperación, la romería de Valdorria perdió hace ya muchos años la referencia como acto político de la montaña central leonesa, donde la liturgia religiosa era lo de menos, y lo de más a qué político se invitaba y qué es lo que decía. Si con la perspectiva del tiempo tuviera que poner un pero a las citas que cada uno de mayo organizaba Julio González en Valdorria, le pondría la de la falta de pluralidad, pues la romería en realidad lo era de cargos públicos del Partido Popular y nada más. Supongo que la decadencia del acto político, que no así en el aspecto religioso o en el de las tradiciones, ha tenido mucho que ver con ese momento en el que los alcaldes, por cansancio en el cargo o por desengaños, o por ambas cosas a la vez, terminan bajando el listón de las propias autoexigencias. Echo de menos la romería de Valdorria como gran acto en el que se ponía en valor a la montaña leonesa, en el que se ensalzaba la grandiosidad del paisaje y la nobleza de sus gentes, pero sobre todo echo de menos un marco como ese para reivindicar una montaña con personas que ocupen los pueblos y con gente joven capaz de ganarse la vida en ese territorio. La defensa de la ganadería de montaña, tan difícil en un territorio desfavorecido como este, tan acosada por la fauna salvaje y por una normativa medioambiental estricta y absurda a la vez, sigue siendo la principal actividad económica habida cuenta que las minas se han cerrado y que el turismo rural no termina de dar resultados satisfactorios. Y cada vez hay menos servicios públicos y peor atendidos, lo que aleja todavía más que la distancia y la orografía.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 4 de mayo de 2018.