La presidencia europea ha recaído, desde el pasado día 1 de julio, en el país austríaco tras sus predecesores Estonia (en el segundo semestre de 2017) y Bulgaria (en el primer semestre de 2018).

La UE organiza estas presidencias en los denominados «tríos de países» con el objetivo de garantizar la continuidad del trabajo de la UE en el Consejo. El trío adopta un programa común en el que se determinan las prioridades y los objetivos que abordará el Consejo durante el período de 18 meses cubierto por sus Presidencias.

La presidencia austriaca durará hasta el 31 de diciembre -Rumanía será el próximo país-, y en clave agrícola tendrá que hacer frente a tres grandes temas: el Marco Financiero Plurianual (MFP) de cara al próximo ejercicio financiero (2020-2027) donde se necesita la aprobación de todos los Estados Miembros (EEMM); fijar la postura del Consejo sobre las propuestas legislativas de la PAC post 2020; y las negociaciones de los trílogos –con el Parlamento Europeo(PE) y la Comisión Europea(CE) sobre la Directiva en contra de las prácticas comerciales desleales.

Asegurando la seguridad alimentaria y vitalidad de las zonas rurales

Bajo este título podemos leer que la prioridad absoluta de la Presidencia austriaca es negociar las propuestas de la Comisión Europea sobre la modernización y simplificación de la Política Agrícola Común (PAC) después de 2020.

Consideran crucial salvaguardar una agricultura multifuncional a escala de la UE, así como de las zonas rurales vitales, en particular sobre las regiones desfavorecidas y montañosas.

Sobre la base de la propuesta de la Comisión relativa a las prácticas comerciales desleales, se hará especial hincapié en la mejora de la posición de los productores agrícolas, que actualmente se consideran la parte más débil de toda la cadena alimentaria.

Además, la Presidencia austriaca dedicará su atención a la mejora de la oferta europea de proteínas vegetales, a la aplicación de la estrategia de bioeconomía en los sectores de la agricultura y la silvicultura y a la elaboración de los expedientes sobre cuestiones veterinarias y fitosanitarias, silvicultura y pesca.

Basándose en los progresos realizados por las Presidencias estonia y búlgara, Austria continuará las negociaciones con el Parlamento Europeo sobre el Reglamento sobre las bebidas espirituosas con vistas a su finalización.

Al inicio de la Presidencia austriaca también se espera que los miembros de la Comisión de las Naciones Unidas para La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) establezcan sus prioridades en materia de silvicultura para los próximos dos años. años. Además, está previsto estudiar las posibilidades de reanudar las negociaciones. sobre un acuerdo jurídicamente vinculante sobre los bosques en Europa. Otros expedientes de interés incluir una revisión de la Estrategia Forestal de la UE y de las actividades de la UE en materia de deforestación. Plan de Acción FLEGT de la UE (Aplicación de las leyes, gobernanza y comercio forestales), y el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB).

En el área de sanidad vegetal, en 2018 se trabajará más en el nuevo Plan Estratégico de Sanidad Vegetal, sobre todo en el Reglamento de controles, ya que habrá que delegar o aplicar más de 20 actos finalizados en 2019.

En cuanto a la protección de los consumidores, las cuestiones veterinarias y el bienestar de los animales, se proseguirá el trabajo sobre las propuestas legislativas ya presentadas, como es el caso del paquete de medicamentos veterinarios y piensos medicamentosos en el que ha estado trabajando como ponente principal la socialista Clara Aguilera.

Asimismo proseguirán con los actos de aplicación y los actos delegados para la aplicación de los Reglamentos sobre salud animal y controles oficiales adoptados en 2016 y 2017. En este contexto, será fundamental mejorar la creación de redes entre los Estados miembros en materia de seguridad alimentaria.

Por último, se hará un esfuerzo por reforzar la confianza de los ciudadanos en la política alimentaria de la UE, Austria seguirá enérgicamente las consultas sobre la propuesta de la Comisión relativa a la transparencia y la sostenibilidad de la evaluación de riesgos de la UE en la cadena alimentaria, para centrar los esfuerzos de la UE para aumentar la transparencia de los procedimientos de autorización emitidos por el Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), tras el caso del Glifosato.