Los tres países piden que se mantengan, «al menos», los recursos que se destinan actualmente al agro

España, Francia y Portugal han suscrito una declaración conjunta en la que defienden una Política Agraria Común (PAC) que preste «al menos» el mismo apoyo a los agricultores que a día de hoy, algo que choca con la última propuesta de negociar el presupuesto común para los próximos siete años, que plantea un recorte del 14% con respecto a la aportación de los Veintisiete en el ejercicio actual, y del 12% en los fondos de Cohesión.

Así lo han destacado los tres países tras una cumbre trilateral en Madrid, en la que el secretario de Estado para la Unión Europea, Juan González-Barba, se ha reunido con su homóloga Francesa, Amélie de Montchalin, y portuguesa, Ana Paula Zacarias, con el objetivo de preparar las próximas citas europeas, empezando por el Consejo Extraordinario de la UE, que comenzará este jueves para abordar el Marco Financiero Plurianual (MFF) y que es clave para el futuro agrario español.

En dicha cita en Bruselas, la PAC estará en el centro del debate de cara a fijar el presupuesto de la UE, y se prevén unas negociaciones muy duras por las diferencias entre países como España o Francia, que se benefician en gran medida de los fondos regionales y agrícolas, y otros como Alemania o Países Bajos, que llevan meses adelantando su deseo de aplicar recortes a estos fondos. En este sentido, tanto España como Francia y Portugal han recordado la importancia de la política de cohesión, «que debe estar dotada de los medios que le permitan continuar asegurando la convergencia en Europa», y de la PAC, «que debe prestar al menos el mismo apoyo a los agricultores que a día de hoy».

Además, durante las negociaciones defenderán también las características especiales de las regiones ultraperiféricas en las futuras políticas de cohesión agrícola y de asuntos marítimos, «incluso en cuanto a intensidad de financiación», según han detallado.

Así, sostienen que el acuerdo sobre el presupuesto para los próximos siete años «deberá garantizar un equilibrio sobre las políticas históricas en su conjunto» y deberá contribuir a la transición ecológica, «dedicando una parte más ambiciosa de los gastos a la acción climática, e incluyendo un objetivo dedicado a la protección del clima y de la biodiversidad».

«La transición hacia una Europa verde tiene que ser, ciertamente, una transición justa, que no deje a nadie de lado, y que tenga en cuenta los esfuerzos que ya han realizado los Estados comprometidos en la transición ecológica. Tendremos que ser coherentes» , defienden.

Fuente: ABC Sevilla