Reducción de cosecha en Alemania, deterioro de la calidad del trigo en el Mar Negro y operaciones de venta Argelia y Japón influirán hoy en los mercados internacionales de cereal.

 

La influyente organización agraria alemana, la  DBV, informó ayer en rueda de prensa sobre los datos de la cosecha en ese país. Su presidente, Joachim Rukwied, afirmó que la cosecha estaba muy por debajo del promedio debido a la sequía, y que se reducirá en 4,5 millones de toneladas respecto a las 45,5 del año 2017, que ya fue inferior al promedio de los últimos cinco años cifrado en 47,9 millones de toneladas. Esperan recoger 41 millones de toneladas de grano.

La superficie de cereal en Alemania es de 6,25 millones de hectáreas (unas tres veces más que las siembras de Castilla y León). No obstante, después de ser un mal año, el rendimiento medio en Alemania se ha situado en 6,6 toneladas por hectárea.

Los agricultores alemanes se quejan de unos precios “insatisfactorios”. Su análisis de precios no tiene tanto en cuenta el inicio de la campaña actual como tiene el de la campaña pasada, ya que como ocurre aquí el mercado no se ha asentado. El trigo lo vendieron en junio de 2018 a 159 euros tonelada, superior a los 155 de junio de 2017. La cebada, en junio de 2017 se vendía a tan solo 139 euros tonelada, frente a los 157 de junio de 2018.

Este importante informe de producción de cereales en Alemania coincidió con una sesión de nuevo en verde en los mercados de futuros. Los analistas internacionales están hoy pendientes de importantes operaciones de ventas a Argelia y Japón. Cualquier día y en cualquier momento se produce una toma de ganancias, como es propio de estos movimientos especulativos, pero la realidad es que los precios de los cereales están al alza y en estas condiciones nadie quiere vender, únicamente venden los que se ven obligados a ello.

Los analistas siguen descontando el deterioro de la calidad del trigo en el Mar Negro, sobre todo en Ucrania, debido a que las incesantes lluvias están provocando que el grano germine en la espiga, sobre todo en los campos donde el cultivo se ha “encamado”. Claro que estas lluvias dan un alivio a cultivos de primavera como el maíz.