Tras la manifestación del pasado día 9 de marzo en Valladolid, la próxima movilización será el próximo viernes día 4 de abril, a las 13 horas, frente a la sede de la empresa Pascual en Aranda de Duero. Será una concentración conjunta de ASAJA y del resto de organizaciones profesionales agrarias y cooperativas contra la bajada del precio de la leche que unilateralmente pretende aplicar la industria.

Tras la manifestación del pasado día 9 de marzo en Valladolid, la próxima movilización será el próximo viernes día 4 de abril, a las 13 horas, frente a la sede de la empresa Pascual en Aranda de Duero. Será una concentración conjunta de ASAJA y del resto de organizaciones profesionales agrarias y cooperativas contra la bajada del precio de la leche que unilateralmente pretende aplicar la industria. A este acto le sucederán otros similares que completarán un calendario de protestas que no concluirán hasta conseguir una solución firme y concreta para los ganaderos. Tres son los frentes en los que se trabajará: industria, grandes superficies (responsables de la comercialización de abundante leche procedente de otros países, como Francia, que echa por tierra el mercado nacional) y también la Administración, ya que su apoyo es imprescindible para garantizar una salida negociada.
Lo cierto es que la movilización se ha convertido en la única herramienta al alcance de los ganaderos. No satisfecha con los precios ya ridículos pagados en los últimos meses, la industria ha decidido bajar más aún lo pagado al ganadero, por debajo incluso de los costes de producción. Agotadas las vías de negociación –ni siquiera se ha dignado la industria a acudir a las reuniones– al sector sólo le queda una respuesta: salir a la calle y manifestarse, como ya hicieron el pasado día 9 de marzo en Valladolid y como harán el viernes 4 de abril en Aranda de Duero.
Las pérdidas que esta política insensata por parte de la industria láctea ha generado para los ganaderos de leche sólo en Castilla y León, suman hasta la fecha 51,5 millones de euros (sobre 8.575 millones de pesetas), desde que hace catorce meses los industriales comenzaran, unilateralmente, a bajar el precio de compra al productor en unos 4 céntimos de euro. En estos momentos, el precio medio del litro de leche al consumidor ronda los 0,66 euros (110 pesetas), mientras que el productor tan sólo percibe 0,29 euros (49 pesetas).
Esta amenaza de bajada de precios ha dejado helados a los ganaderos, que ya soportaban difícilmente los estrechísimos márgenes de beneficio, insuficientes para hacer frente a los numerosos créditos contraídos por las explotaciones.