Desde el mismo momento en que entró en vigor, hace mas de dos años, la exigencia del certificado veterinario para todos los animales destinados a matadero, ASAJA ha venido reclamando, insistentemente, la supresión de tal requisito.

Desde el mismo momento en que entró en vigor, hace mas de dos años, la exigencia del certificado veterinario para todos los animales destinados a matadero, ASAJA ha venido reclamando, insistentemente, la supresión de tal requisito ya que, como se ha demostrado, no aporta ninguna garantía adicional a la seguridad alimentaria y sí supone una mayor carga burocrática, costes adicionales para el ganadero y una traba en el normal funcionamiento de la cadena comercial. Esperamos que la recientemente creada Agencia Española de Seguridad Alimentaria actúe de forma resolutiva y acabe con este disparate que la Administración central no ha sido capaz de solucionar.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria tiene previsto estudiar este asunto, después de que entre los ministerios con competencias en la materia no haya existido acuerdo al respecto. Mientras el Ministerio de Agricultura había elaborado un proyecto de Orden en el que, entre otras cuestiones, suprimía el requisito del certificado veterinario, el ministerio de Sanidad y Consumo, por su parte, se oponía a tal supresión hasta no tener la autorización unánime de los consejeros de Sanidad de las distintas Comunidades Autónomas.

Con la creación de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria se abre, en nuestra opinión, una nueva vía para la resolución de este tipo de asuntos. Por este motivo, ASAJA se ha dirigido a Jorge Jordana, como vocal del Consejo de Dirección de la Agencia, para que cuanto antes ésta aborde el asunto y se consiga, de una vez por todas, suprimir tan inútil requisito.

Hay que recordar que la obligatoriedad del certificado veterinario para todos los animales de las especies bovina, caprina u ovina destinados a matadero es una medida que se recogía en el Real Decreto para regular el programa integral coordinado de vigilancia y control de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles (EET) en los animales, aprobado en diciembre del año 2000. Desde su entrada en vigor en enero de 2001, esta medida, lejos de aportar mayores garantías de seguridad alimentaria, solo ha provocado un aumento de las trabas burocráticas y un coste añadido para los productores.

ASAJA confía en que este asunto, en manos ya de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, tenga una pronta y satisfactoria resolución que suponga la supresión definitiva de un requisito adicional e inútil que impuso nuestra administración nacional de forma unilateral, ya que no figura, ni tan siquiera, en la tradicionalmente estricta normativa comunitaria.