El ministro de Agricultura se ha comprometido a que la remolacha sea uno de los sectores que reciban ayudas acopladas en 2014, en el marco de la nueva PAC

Ayer 25 de septiembre se celebraba en Madrid, en el Ministerio de Agricultura, un encuentro en el que Miguel Arias Cañete  reunía a responsables del sector azucarero-remolachero, tanto del lado de la transformación –Azucarera y Acor– como de lo cultivadores. ASAJA, que estuvo representada por el presidente de Castilla y León, Donaciano Dujo, calificó esta cita como “muy importante, a pocos meses vista de un cambio de ciclo en el que el sector remolachero se juega permanecer o desaparecer definitivamente”.

Esto es así porque en la próxima campaña de siembras, la 2014-2015, ya no habrá la conocida como “ayuda a la reestructuración”, que suponían 7 euros por toneladas y que, a trancas y barrancas, ha retenido al menos a parte de los cultivadores a pesar de que la rentabilidad de la remolacha queda muy lejos de la conocida en épocas anteriores. Por este motivo, el presidente de ASAJA Castilla y León, la comunidad autónoma española principal en la producción de remolacha, pidió al ministro Arias Cañete que “crea en este sector y actúe como garante de su continuidad, para que cuente con los apoyos necesarios, bien a través de ayudas acopladas o bien específicas, que le permitan encarar el marco que se abre en 2017 con la liberalización de las cuotas”.

En este sentido, el ministro se comprometió en el encuentro a incluir el cultivo de la remolacha entre los denominados pagos acoplados de la futura Política Agraria Común. Un punto positivo, puesto que garantizar que la remolacha seguirá percibiendo ayudas europeas, aunque no se sabe cuál será su cuantía. En principio, no será hasta finales de este año cuando se determine cómo se reparten entre los diferentes sectores las ayudas acopladas. De todas formas, se profundizará en el tema en próximas reuniones, una entre el Ministerio y las Comunidades Autónomas prevista para el próximo 9 de octubre, y otra con las Organizaciones Agrarias, el 23 de ese mismo mes.

Los participantes en el encuentro celebrado en el Ministerio resaltaron la importancia y carácter estratégico del sector remolachero-azucarero, que a través de la producción genera toda una serie de procesos que dan empleo y riqueza, a través de los productores y la industria transformadora, pero también de toda la actividad, industria y servicios, que directa o indirectamente depende de esta producción. En la reunión, se hizo entrega al ministro de un Dossier en donde se detallan todas las características del sector, en el que se incluyen las aportaciones de ASAJA.

 

“Que la industria ponga las cartas sobre la mesa”

En cuanto a los próximos años, y de cara a la nueva negociación del acuerdo AMI, en la reunión se hizo patente la diferencia de precios que la Industria practica en la remolacha española y la que se está pagando en otros países de Europa, incluso por la propia matriz de la azucarera, en el caso del Reino Unido, en alusión al acuerdo alcanzado en la British Sugar y la National Farmers Union, en el que los cultivadores percibirán un precio medio de 37,69€/Tn, que aumentarían a partir de las entregar efectuadas el 26 de diciembre en adelante hasta final de campaña.

Por ello, ASAJA considera muy importante que los responsables de British Sugar “pongan las cartas sobre la mesa y aclaren por qué en a los remolacheros ingleses les pagarán entre 4,8 y 9 euros más por tonelada, pudiendo llegar  hasta los 41,65 euros tonelada, y aquí no admiten revalorizar la raíz”. Para el presidente de ASAJA de Castilla y León, “cuando España y el Reino Unido forman parte del mismo mercado único, el de la Unión Europea, no se puede entender más que como un abuso que una industria pueda pagar diferente en un país que en otro. La industria tiene que pagar más al agricultor, porque es su deber y además puede hacerlo”.

Desde el propio Ministerio, y en la línea de lo constantemente reclamado ASAJA, se ha instado a la industria a trasladar parte de los beneficios obtenidos por el alza del precio constante del azúcar en los últimos años, así como a buscar el método adecuado para, al igual que se hace en otros países, tener encuentra este precio del producto final, eventualmente combinado con otras materias primas, para fijar un precio suficientemente remunerador para el cultivador.