Temor en el sector víticola a pocos meses de la próxima vendimia, con un mercado que ha frenado en seco a consecuencia del Covid-19. En el caso de DO como Rueda, donde la mayor parte del vino que se elabora es joven, el problema se acrecienta. El sello agrupa a 1600 viticultores de Valladolid, Ávila y Segovia.

El cierre del canal HORECA, a causa del Covid-19, ha frenado en seco la venta de vino en toda España. Pero en el caso de la Denominación de Origen Rueda hay que sumar a esta coyuntura negativa, un problema añadido: la mayor parte de los vinos que se elaboran son para consumir en el año.

Ayer tuvo lugar en Valladolid una reunión de dirigentes de ASAJA, entre los que se encontraban, Donaciano Dujo, presidente Regional, Juan Ramón Alonso, presidente de esta asociación en Valladolid, Joaquín Antonio Pino, presidente de ASAJA Ávila, y Juan José Sobrino, responsable de viticultura en ASAJA Segovia, junto a un pequeño grupo de viticultores de la D.O. Rueda, que engloba a cerca de 1600 agricultores de las provincias de Valladolid, Ávila y Segovia.

A las puertas de una vendimia generosa y con las bodegas de la denominación de origen cargadas de vino de la vendimia 2019, se teme que la situación sea dramática para los viticultores. Los asistentes a la reunión configuraron una tabla reivindicativa, que harán llegar a las diferentes Administraciones; Comisión de Agricultura Europea, Ministerio de Agricultura del Gobierno de España, Consejería de Agricultura de la JCYL, y a los diferentes representantes agrarios de las formaciones políticas en el Congreso y Senado.

La primera necesidad que se pone encima de la mesa es habilitar una línea de financiación específica para bodegas y viticultores, a través de créditos sin intereses.

La segunda, conseguir una mayor dotación presupuestaria para la destilación de crisis, sumando a las cantidades aportadas por Europa recursos de las administraciones nacional y autonómica y recurso propios del Consejo Regulador,  que permitan reducir las pérdidas a las bodegas, destilando sus vinos de calidad en alcohol. Además, las bodegas favorecidas por esta medida tendrían que comprometerse a adquirir de los viticultores de la D.O. uva equivalente a la misma cantidad destilada.

La tercera, lograr indemnizaciones para la vendimia en verde voluntaria. Esta medida permitiría sacar del mercado los millones de kilos que tendrán dificultades para entrar en las bodegas. Las cuantías económicas que deberían obtener los viticultores por destruir parte de su cosecha se tendrían que aproximar a los costes de producción de la zona (3.000 € x hectárea aproximadamente).

La cuarta, de carácter más técnico y que compete al Consejo Regulador, sería prohibir el riego totalmente. Esta medida no generaría perjuicio en los viñedos, ya que el mes de abril ha sido lo suficiente lluvioso, y garantizaría una magnifica crianza de la uva.

Pero la principal demanda, sería la concreción y rapidez para tomar estas medidas. Quedan escasamente tres meses para la siguiente vendimia, y tanto bodegas como viticultores de la D.O. Rueda necesitan tener algo de luz para recorrer este oscuro túnel.

Según expresaron los viticultores presentes, es fundamental que el propio CRDO Rueda se implique en la defensa de los cultivadores en este momento crítico para el sector, abriendo las puertas del consejo a una colaboración abierta, fluida y transparente, tras una etapa de escasa receptividad a reivindicaciones de los productores.