En un momento especialmente difícil para los ganaderos de leche, golpeados tanto por los bajos precios del producto, como por los costes suplementarios en la alimentación del ganado por culpa de la sequía y por el reciente desembolso que ha supuesto la adquisición de cuota, urge que la Administración dé a los profesionales el dinero que les debe.

En un momento especialmente difícil para los ganaderos de leche, golpeados tanto por los bajos precios del producto, como por los costes suplementarios en la alimentación del ganado por culpa de la sequía y por el reciente desembolso que ha supuesto la adquisición de cuota, urge que la Administración dé a los profesionales el dinero que les debe.

Tal como denuncia ASAJA, a pesar de los compromisos adquiridos por los responsables políticos por el tema de la sequía, en el sentido de que se adelantarían en lo posible los abonos (que están autorizados desde mediados de octubre), lo cierto es que la Dirección General de Producción Agropecuaria de la Consejería de Agricultura y Ganadería todavía no ha repartido entre los ganaderos ni un céntimo ni de la prima láctea para la campaña 2005, que supone 12,6 millones de euros para Castilla y León, ni de los pagos adicionales que recibe el sector, otros 5,6 millones de euros. Unas cantidades que, divididas entre los 3.682 perceptores de nuestra región, no son grandes, pero sí significativas para unas economías mermadas en los últimos tiempos.

Por otra parte, siguen sin percibir ningún tipo de ingreso los 341 ganaderos en Castilla y León que el pasado mes de marzo pararon la producción de leche para acogerse al plan de abandono gestionado también desde la Dirección General de Producción Agropecuaria de la Consejería de Agricultura y Ganadería. Transcurrido más de medio año, la situación de estos ganaderos y de sus familias es muy dura: ya no venden leche, pero tampoco han recibido un céntimo de las indemnizaciones prometidas en el plan de abandono. Tampoco han percibido las cuantías derivadas del cese anticipado en la actividad.

ASAJA juzga como “intolerable” que se prolongue aún más este retraso en el pago de unas ayudas que los ganaderos aguardan para remediar esta pésima campaña. En este sentido, y si la Administración no da respuesta a esta demanda, la organización agraria tendrá que recurrir a la única herramienta que queda, la protesta.