“La exportación de vacuno al mercado árabe prueba la globalización del mercado”

Ricardo Escribano, ganadero y miembro de ASAJA-Salamanca

CAMPO REGIONAL / Redacción

Desde hace varios meses el mercado de venta de vacuno de carne se ha animado debido al incremento de la demanda de animales vivos en los países árabes, donde se sacrifican por siguiendo el rito musulmán “halal”. Todos los ganaderos están al tanto de esas ventas “para el barco”, que han contribuido a sostener los precios en un momento difícil para las ventas internas, hundidas por  la  bajada  del  consumo  nacional a causa de la crisis. Ricardo Escribano, miembro de ASAJA y ganadero de la principal productora de la región, Salamanca, aunque también están exportándose animales de otras provincias, nos cuenta algo más sobre estos ajustes en un mercado cada vez más internacionalizado.

 ¿Cómo se ha conseguido abrir este nuevo mercado?

 Han coincidido varios puntos, no es fruto de casualidades. Por un lado, la subida de materias primas como la soja y el maíz ha hecho que países netamente exportadores de vacuno, como Brasil, Uruguay y  Argentina, hayan eliminado hectáreas de pasto para dedicarlas a la agricultura,  por lo que ha  bajado  su  producción  de  vacuno. Por otro, países como Líbano, Libia, Argelia, Egipto, y en menor medida Turquía –que importa más de Francia e Italia–, están en pleno despegue económico y, además son musulmanes, por lo que no consumen cerdo. Demandan más vacuno y España está en buena posición para abastecerles, porque estamos al otro lado del Mediterráneo.

¿Cuáles son nuestros competidores para mantener este nuevo mercado?

Sí los hay, puede ser el caso de los irlandeses, por ejemplo. Pero nosotros tenemos la ventaja de la cercanía: no es lo mismo un viaje de tres días que someter a los animales a una travesía de diez o quince días. La calidad de la carne depende mucho de cómo son los días previos al sacrificio.

En la práctica, ¿cómo es el operativo mediante el que se abastece ese barco?

Se cuentan con los dedos de la mano las empresas que controlan las compras en nuestro país. Pongamos como ejemplo que una de ellas necesita 1.000 añojos al precio X. A partir de ahí moviliza a dos o tres operadores grandes, y éstos, a su vez, a corredores que funcionan en cada zona: así suman, por ejemplo, 700 animales en la zona de Toledo, otros 300 en Salamanca… En estas operaciones la  logística es fundamental, es  muy  importante  que  el  tiempo  que  pasa  desde  que  los  animales  salen  de  las  explotaciones  hasta  que  son  cargados  en  el  barco  sea  el  menor  posible,  para  disminuir  las  mermas  que  sufren  los  animales  y  los  costes,  porque un barco anclado en el puerto de Cartagena paga unos fletes muy altos por cada día que permanece allí. Tiene que estar cargado y listo lo antes posible.

¿Por qué se habla tanto de estos barcos, son fundamentales para la exportación de vacuno español?

El  consumo  de  carne  en  Europa  está  estancado  y  sin  embargo  estos  países emergentes  están  aumentado  su  consumo  de  manera  significativa.  El  volumen  no  es  tan  grande,  pero  son  destinos  para  la  exportación  con  un  potencial  de  crecimiento  importante. También  nuestro país exporta a  otros  destinos  dentro  de  la  comunidad  europea,  como  Italia  y  Portugal. Pero sí que es verdad que tal vez por el momento en que se ha creado ese nuevo mercado, en plena crisis, que lo vendido a los países árabes ha servido para mantener unos precios que de otra forma habrían caído más.

Todo esto, prueba que cada vez el mercado es más complejo e internacional…

Así es, hoy por hoy sabemos que lo que marca la  bolsa  de  futuros  de  Chicago determina el precio de  las  materias  primas, o que nos afecta mucho si hay buena o mala cosecha en Rusia o Argentina. Siempre habrá algunas peculiaridades locales, pero el mercado se ha globalizado para todo y para todos.

En ese contexto, ¿cómo puede defenderse el ganadero de nuestro país?

Muchos de nuestros competidores son menos eficientes y ofrecen menos calidad que nosotros. La excusa comercial fundamental y más dañina es la sanitaria, hoy por hoy sabemos que tenemos que hacer todo perfecto para que no tengan la más mínima posibilidad de desacreditarnos, porque eso sí que nos hunde.