La mejor noticia, por ahora, está siendo el tiempo

La buena noticia ha sido la climatología, porque la mala ha sido la caída de precios del cereal, la falta de pago de ayudas comprometidas por parte de las administraciones, y la presentación de unos Presupuestos del Estado que en materia agraria se limitan a transferir lo que llega de Bruselas

La mejor noticia que hemos tenido en el campo, desde el principio del verano hasta ahora, ha sido tiempo. Hemos pasado un verano en el que ha hecho lo que tenía que hacer, que es calor, y se ha alargado hasta casi el último día de septiembre dando un respiro a los cultivos de regadío y al viñedo que venían un tanto retrasados y ha permitido dar un buen bocado a la cosecha de girasol y rematar la recolección de la paja y últimos cortes de los forrajes. Estos veranos  que acaban de verdad a finales de septiembre son buenos para nuestra agricultura, claro que con las excepciones que queramos ponerle en los diferentes territorios y producciones que existen en una comunidad autónoma tan extensa como la nuestra. Y para redondearlo, llueve con ganas los primeros días de octubre.

La buena noticia ha sido la climatología, porque la mala ha sido la caída en el precio de los cereales –que por otra parte bien le ha venido a los ganaderos–, ha sido la falta de pago de ayudas comprometidas por parte de las administraciones, y ha sido la presentación de unos Presupuestos Generales del Estado que en materia agraria se limitan a transferir lo que llega de Bruselas. Tampoco es una buena noticia que el ministro Arias Cañete se obceque en cometer el mismo error y no esté trabajando  para discriminar las ayudas de la PAC a favor de los profesionales. No es una buena noticia que en el año 2013 sigan sin convocarse ayudas para modernizar explotaciones, ni lo es que el sistema bancario esté ya muy saneado, como dice la troica, pero siga sin dar financiación para los proyectos agroganaderos.

Pero volviendo a lo bueno, al tiempo, a la vuelta de la esquina cambiarán las cosas, como han cambiado siempre. Castilla y León es una región de contrastes climáticos y eso se lleva muy mal en el negocio agrario, por eso los agricultores necesitamos asegurar nuestras cosechas,  y para eso es imprescindible que el sistema de seguros agrarios atienda nuestras necesidades. Porque ahora, a la vez que se hacen las siembras del cereal, toca suscribir un seguro que cubra la mayoría de las inclemencias, y para potenciar este seguro se necesita el apoyo de las administraciones financiando aquellas líneas que son más necesarias y resultan más gravosas. El seguro agrario y pecuario es hoy por hoy el principal apoyo que demanda ASAJA en materia de política agraria nacional, y se lo reclama tanto al Estado como a la Junta, administraciones ambas que no pueden tirar por la borda los éxitos alcanzados en esta materia durante décadas.

Contra los caprichos de la naturaleza se lucha también desde una política de regadíos. Cuando el tiempo se tuerce y no viene como deseamos, los agricultores de regadíos no temen la sequía y garantizan cosechas, tienen alternativas de cultivo y consiguen importantes producciones que optimizan el tiempo y el capital  invertidos en este negocio que está al aire libre. Por eso, es buena ocasión para recordar a las diferentes administraciones que ASAJA apuesta por una agricultura productiva, de cara al mercado, competitiva, y que para competir con el resto de Europa necesitamos controlar el único elemento que a ellos le cae del cielo: el agua. Y si no fuera porque decir esto es como predicar en un desierto, apuntaríamos también en estas reivindicaciones para luchar contra los caprichos del clima el poder utilizar semillas transgénicas, pues una importante línea de investigación en esta materia, ya con resultados, consiste en obtener plantas inmunes al estrés hídrico.