El Consejo de Ministros ha aprobado un real decreto por el que se modifica la norma de calidad relativa a la miel, enfocada principalmente a estrechar las condiciones del etiquetado para aclarar la procedencia del producto y el porcentaje de mezclas que contiene, algo reclamado repetidamente desde ASAJA para apoyar la calidad del sector apícola nacional y ofrecer transparencia al consumidor, esencial para poder defender al producto nacional de las importaciones.

Uno de los objetivos de la nueva norma del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación es la mejora de la información proporcionada al consumidor sobre el origen de la miel. Así, se establece la obligación de indicar en el campo visual principal de la etiqueta el porcentaje que representa cada uno de los países de origen de la miel, en el caso de las mezclas. 

Con la incorporación de esta modificación a la legislación nacional, se pretende proteger y aumentar la competitividad de las mieles de origen español y reforzar el mercado nacional, al dotarlo de mayor transparencia e información, y posicionar los productos frente a las mieles importadas.

La norma garantiza que el producto que llega al consumidor no ha sido desprovisto de las sustancias o ingredientes naturales que le confieren sus propiedades características y cumple con los criterios de composición, calidad y pureza que establece la normativa.

Con esta modificación se elimina la variedad miel filtrada y se establece que, aquella a la que se le haya retirado una parte importante del polen, será considerada miel para uso industrial, y no podrá comercializarse directamente al consumidor final. El polen es un componente clave de la miel y proporciona un vínculo con su origen botánico.

Con todo ello, se pretende garantizar a los consumidores un producto con la máxima calidad, así como una mayor transparencia en cuanto a su origen y características.

IMPORTANCIA DEL SECTOR APÍCOLA

El sector apícola tiene una gran relevancia en España, como ponen de manifiesto sus principales indicadores económicos. Con un censo de más de 2,8 millones de colmenas entre los dos sistemas productivos, estante y trashumante, la producción final nacional en 2023 se situó en 27.423 toneladas.

Según los “indicadores económicos del sector apícola 2023”, últimos datos publicados por el Ministerio, el censo en España cuenta con 36.893 explotaciones apícolas tanto profesionales como de autoconsumo, de las cuales 6.404 (17,4%) están registradas en la comunidad de Castilla y León. Un dato notable es que entre 2010 y 2023 el número de explotaciones apícolas en España se han incrementado un 34,8 por ciento, y en Castilla y León un poco más, 36,6%.

En cuanto a los datos provinciales, en Castilla y León la mayor producción la aporta Salamanca, pero la apicultura tiene un peso significativo en todas las provincias. En muchos casos se trata de una actividad a tiempo parcial, pero en la comunidad sumaba en 2023 un total de 707 profesionales, un número que ha aumentado en los últimos años: en 2020 el número de explotaciones profesionales era de 682. Una pequeña subida pero llamativa en un contexto general de bajadas en el número de explotaciones agroganaderas.

Hay que destacar también que la apicultura es una de las alternativas para los jóvenes que se incorporan al sector, sobre todo en zonas donde es difícil emprender otras actividades. El sector apícola desempeña también una importante función social y de vertebración del territorio en el medio rural, así como medioambiental, por su contribución a la polinización de las distintas especies vegetales.