ASAJA ha denunciado la dejadez de la Administración, que lleva dos campañas sin efectuar el reparto de las toneladas de cuota retenidas en la Reserva Nacional, que recoge los derechos de producción procedentes de ganaderos que abandonan la profesión. Este enorme retraso perjudica a los productores en activo, muchos de ellos –exactamente 1.495– pendientes de obtener esta cuota para ampliar y redimensionar sus explotaciones.

ASAJA ha denunciado la dejadez de la Administración, que lleva dos campañas sin efectuar el reparto de las toneladas de cuota retenidas en la Reserva Nacional, que recoge los derechos de producción procedentes de ganaderos que abandonan la profesión. Este enorme retraso perjudica a los productores en activo, muchos de ellos –exactamente 1.495– pendientes de obtener esta cuota para ampliar y redimensionar sus explotaciones.

La organización agraria exige a la Administración que resuelva lo antes posible los repartos pendientes, puesto que a finales de marzo concluye un nuevo plazo de entrega de cuota por parte de ganaderos que cesan, lo que creará un nuevo remanente de derechos. En este reparto la cantidad disponible es de 64.000 toneladas, de las que aproximadamente llegarán a nuestra Comunidad Autónoma 8.000 toneladas.

ASAJA entiende que lo menos que pueden hacer Ministerio y Junta es cumplir con los plazos marcados, ya que el sector productor de leche ha sufrido fuertes varapalos en los últimos tiempos, baste con recordar la grave crisis de precios que sufrió a lo largo de 2003 o la situación que todavía se prolonga de encarecimiento de los piensos.

A título orientativo, en el periodo 2000-2001 –el último en el que se efectuó reparto– se tramitó en nuestro país un total de 25.358 solicitudes de asignación de la Reserva Nacional, de las que fueron aceptadas 20.752, entre las que se repartieron 555.668.559 kilogramos de cuota. De ella, un 12 por ciento fue a parar a ganaderos de Castilla y León.

Por otro lado, ASAJA quiere llamar la atención sobre la situación de los ganaderos que abandonan la producción, y que durante largos meses tienen bloqueadas tanto la ayuda al cese anticipado como la indemnización por abandono. Como ejemplo, los que se acogieron a la convocatoria anterior, a finales de 2002, se vieron obligados a dejar de producir antes del 31 de marzo de 2003, y han tenido que estar ocho meses “racionados a pan y agua” hasta que estos días, en enero de 2004, han recibido la– ayuda.