ASAJA exige el estricto cumplimiento del sistema de cuotas y reclama mayor transparencia en el mercado

Los ganaderos profesionales de leche de vaca de Castilla y León acumulan unas pérdidas de 29,3 millones de euros desde enero hasta septiembre de este año, periodo en el que se ha producido una bajada media del precio por litro de 0,036 euros (6 pesetas), reducción que, sin embargo, no se ha trasladado a los consumidores.

Las razones de esta situación hay que buscarla en la existencia de ganaderos no profesionales que producen cantidades de leche infinitamente superiores a la cuota que tienen asignada o, incluso, han recibido ayudas por abandono voluntario y siguen produciendo leche. Esos ganaderos, unidos a la industria, que les sigue el juego adquiriendo leche fuera de cuota, y a la Administración, que no cumple con su obligación de controlar de forma estricta el sistema de cuotas, están provocando una bajada de los precios que, en este momento, alcanza ya el 12 por ciento.

Los profesionales del sector de Castilla y León se ven directamente afectados por el problema. En este momento, la cuota de leche en la Comunidad es de 833,5 millones de kilos para un total de 5.605 explotaciones, con una media asignada de 148.747 kilos. El sector ha sufrido en los últimos años una importante reestructuración que ha servido para profesionalizar y modernizar las explotaciones, producir sin sobrepasar la cuota y alcanzar unas condiciones higiénicas, sanitarias y de calidad excepcionales.

Este esfuerzo se ve amenazado ahora por esos ganaderos que sacan al mercado leche “negra” y, por este motivo, ASAJA de Castilla y León exige el cumplimiento estricto del sistema de cuotas mientras esté vigente, además de ratificarse en el apoyo al mantenimiento de este sistema más allá de 2008, fecha hasta el que está aprobado actualmente.

Finalmente, la OPA pide a los ministerios de Agricultura, de Sanidad y Consumo y a la Junta un mayor control de la calidad y seguridad alimentaria en todos los eslabones de la cadena productiva de la leche y derivados lácteos (producción-transformación-consumo), así como una mayor transparencia en el mercado y el establecimiento de medidas que impidan importar a la industria leche de terceros países.