Casi concluida la temporada de esquileo, normalmente es ahora, cuando los almacenistas recogen la lana en las naves de los ganaderos, cuando se fija el precio. Y este año las noticias no son buenas, puesto que la tendencia es a la baja, con precios alrededor de un 25 por ciento inferiores a los pagados en 2018.

Sacos con lana, a la espera de ser vendida. FOTO: JL Fuentes

El motivo, según los intermediarios, en que el último año ha sido bastante cálido y la demanda de prendas de abrigo ha sido inferior, por lo que aún hay en los almacenes lana de la campaña pasada.

La lana, en otros tiempos ingreso principal para el ganadero, es hoy, salvo en los casos de razas concretas, un subproducto que implica muchos más costes que beneficios para las explotaciones. Como media, esquilar una oveja supone un coste aproximado de 1,55 euros, un poco menos si es castellana. Según la raza, de cada animal puede obtenerse desde menos de dos kilos de lana hasta los tres y medio (si es hembra) y seis (macho) que se sacan del merino precoz.

En ovejas de aptitud lechera o de carne, las mayoritarias en Castilla y León, como la Assaf, Churra o Castellana, la lana obtiene un precio muy bajo, que no cubre los costes de esquileo. Por el contrario, las lanas merinas cotizan más, alrededor de 2 euros/ Kilo, pero muy por debajo los 2,50 el kilo al que se pagó el año pasado la Lana Merina Fina.