Una encuesta entre mil mujeres rurales de Castilla y León da una imagen positiva y dinámica del colectivo.

¿Cómo son y qué quieren las mujeres rurales? Con frecuencia se habla de ellas como si fueran un colectivo único y homogéneo, pero no es así. Hay tantos tipos como mujeres, puesto que cada una vive unas circunstancias diferentes y específicas. Para tratar de conocer más lo que necesitan y proponer medidas de apoyo, desde la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural se ha elaborado una encuesta, en la que han colaborado ASAJA y el resto de las organizaciones agrarias, así como asociaciones de mujeres, cooperativas y otros colectivos implicados. En total se han recopilado las respuestas de 1065 mujeres de pueblos de toda Castilla y León. Estos datos, así como otras propuestas recogidas en diferentes jornadas y reuniones, se integrarán en la Estrategia autonómica de Emprendimiento de la Mujer Rural en los Ámbitos Agrario y Agroalimentario, que está previsto que se desarrolle entre 2021 y 2023.

Del total de encuestas recibidas, 1.065 exactamente, la mayor parte fueron enviadas por mujeres que residen en pueblos de menos de 500 habitantes, y por edades un 57% de las encuestadas tienen entre 30 y 50 años (57%), en torno a un 27% entre 50 y 65 años, un 8% entre 18 y 30 y el resto, más de 65 años.

Situación familiar

En el 84% de los domicilios de las mujeres encuestadas viven entre 2 y 4 personas. El 51% de las mujeres tiene hijos a su cargo. A su vez se observa que el 73% de las mujeres nunca ha rechazado una oferta de trabajo por serle incompatible con el cuidado de algún miembro de su familia.

Respecto a la educación de sus hijos, un 66% ha manifestado que sí disponen de centros educativos dentro de su localidad, siendo los que tienen que desplazarse a otras localidades por no disponer en la localidad de centro educativo un 32%. El 38% apunta que podría tener dificultades para encontrar ayuda externa para encargarse de las necesidades familiares.

Hay un dato curioso: más del 74 por ciento utiliza el vehículo todos los días, lo que pone de manifiesto la gran necesidad de utilizar medios de transporte cuando se vive en el medio rural.

Sectores de empleo

En cuanto al trabajo, el 41% de las encuestadas son trabajadoras por cuenta ajena y el 36% autónomas; solo el 7% se encuentra en situación de desempleo. También se constata que, cuanto más pequeña es la localidad en donde residen, más número de mujeres se dedican al sector agrario.

Con relación a la situación laboral, del total de las encuestadas, aproximadamente el 70% trabaja en el medio rural, siendo el 39% trabajadoras del sector agrario, el 23% del sector servicios, el 4% del sector industrial y el resto en otros sectores como el forestal, ocio…

A la pregunta de si son titulares de una explotación agraria, el 32% dijo sí, frente al 48% que no lo es. El 11% declara no tenerla ella, pero sí su marido. De las encuestadas, un 8% manifestó tener una explotación de titularidad compartida.

A la mayoría (67%) les parece atractiva la idea de emprender un negocio o actividad en el medio rural. Dentro de las medidas de la Consejería, las más conocidas son la de primera instalación, los cursos de formación y el apoyo a inversiones en explotaciones agrarias.

Muchas, en ASAJA

En materia de participación en alguna asociación de mujeres de Castilla y León el 81% ha contestado que no ha tenido contacto con ninguna. En cuanto a afiliación de las organizaciones agrarias el 28% de las mujeres encuestadas pertenecen a una OPA, y de estas la mayoría, un 44%, son de ASAJA, un 31% a UPA-COAG y el 23% a UCCL. El 73% de estas mujeres que participan en las OPAS tienen una edad comprendida entre 18 y 50 años.

Formación continua

Del total de mujeres encuestadas, el 66% tienen estudios universitarios y de formación profesional; un 10% cuenta con estudios de educación primaria. Un alto porcentaje, un 74% manifiestan querer seguir incrementando su formación. De hecho, el 67% ha realizado algún curso de formación para iniciarse en el ámbito laboral o progresar en el mismo.

Entre las materias en las que más les gustaría formarse se encuentran las nuevas tecnologías de la información y la comunicación 15% y en idiomas 14%. En porcentajes en torno al 8-9% les gustaría formase en temas relacionados con el sector agrario y agroalimentario y 7-9% en materias como cultivos ecológicos, emprendimiento, comercialización de productos y actividades socioculturales.

Dentro de estas materias proponen la necesidad de recibir cursos referentes a informática, cursos online, cursos de contabilidad, asesoría fiscal y laboral, es decir de gestión de la empresa. Muestran también bastante interés por temas de educación ambiental y residuos, así como por talleres de comercio electrónico y cursos especializados en ganadería.

¿Qué necesitan para mejorar su calidad de vida?

Aunque amen sus pueblos, las mujeres son muy conscientes de lo que carecen. Así, en las encuestas manifiestan un grado de satisfacción medio con determinados aspectos de la vida rural, como el acceso a la vivienda, el tema de colegios y guarderías, comercio y alimentación. Y apuntan un grado de satisfacción más bajo, en temas como el transporte público, las telecomunicaciones, los servicios sanitarios, los servicios bancarios, ocio y tiempo libre y servicios sociales.

Lo que más demandan como mujeres rurales es:

– Eliminar prejuicios de que una mujer no puede gestionar una explotación como un hombre.

– Mayor reconocimiento de su trabajo y mejorar la imagen de la vida en el ámbito rural.

-Subrayar que la mujer rural no es solo la que “vive del campo” sino también la que “vive en el campo”.

– Más facilidades para que se incorporen al mundo rural las mujeres de más de 40 años, que ya no son consideradas jóvenes.

– Igualdad en los salarios entre hombres y mujeres. Salarios más dignos.

– Seguir priorizando actuaciones de Desarrollo Rural.

– Potenciar la puesta en marcha de negocios relacionados con el ámbito agroalimentario de la zona junto con los productos turísticos.

– Cursos formativos para ser más eficientes y profesionales.

– Más servicios como comunicaciones (internet), transporte público, sanidad, residencias de mayores y ocio.

– Más facilidad para conciliar la vida familiar y laboral.